Un perro fiel, cariñoso y obediente: así se define a los caninos de tipo pastor, nombre bajo al que se bautizó a todos perros que ayudan a controlar el manejo de rebaño de ovejas, cabras y otros animales de campo. Esta variedad de canes asumen roles de protección y guía, puesto que su agilidad, inteligencia y gran capacidad de aprendizaje, es de gran acompañamiento para las labores del humano.
Si bien existen cinco categorías en los que se agrupan más de 47 razas consideradas como pastor, el más conocido de todos es el Pastor Alemán, fornido animal que encabeza la lista del primer grupo. Al respecto, la Federación Cinológica Internacional (que se encarga de regir la canofilia o "amor por los perros"), incluyó en el Grupo I, a los distintos derivados del Pastor Belga, pastores Pirineos, al característico perro con pelaje similar a los dreadlocks: el Komondor, además de algunos Collies y el bello Pastor Ovejero.
Otras razas menos conocidas incluidas dentro de la categoría I de Pastor, son Puli, Pumi, Mudi, Pastor de Valée, Pastor de Tatra, Cuvac, Corgi galés, Beaucerón y el Kelpie Australiano.
También existen otros perros agregados provisionalmente al grupo II de pastores. Entre ellos, el blanco perro de Rumania, Mioritic, el Pastor de los Cárpatos, conocido por ser un canino valiente, el cual arriesga su vida para proteger a su amo, el Pastor Garafiano de las Islas Canarias, y el audaz perro de Turquía, Pastor de Anatolia, conocido además por su independencia e inteligencia (característico de los pastores).
Si bien es difícil encontrar un defecto en este grupo de caninos, es importante destacar que el pastor necesita de un espacio amplio donde vivir: idealmente un patio grande o un campo. También, es de vital importancia una alimentación sana y ordenada, además de una interacción diaria: necesitan aprender y mucho cariño. Por otra parte, algunas razas como el Komodor necesitan un cuidado especial de su pelaje y constante visita al veterinario.
Imagen CC Ixiticel