Ni perros ni gatos: "a mi pololo le molestan las mascotas". He escuchado muchas veces decir a cat/doglovers que cuando conocieron a su pareja, nunca pensaron que el rechazo iba a ser tan definitivo que no podrían convencer a su "amorcito" de lo contrario. Desde un profundo asco por los residuos de pelo dejados en los cojines y sillas por los gatitos, hasta no soportar las juguetonas morididas de los perros en sus pantalones, es difícil convencer a este tipo de personas que amen a los animales tanto como uno lo hace.
Si bien "el amor lo puede todo", este es un tema tan complejo como los casos de personas que no quieren tener hijos. La discordancia de opiniones respecto a los animales entre un animalista y alguien que no soporta a los animales, sólo provocará que ambos terminen peleando y discutiendo continuamente por el tema.
Ante esta problemática, sólo tenemos dos estrechas soluciones. La primera de ella es intentar convencer a tu pareja que las mascotas son inofensivas y demostrar todas las alegrías que estas te han producido. Para ello, primeramente es importante que tu pololo/a tenga la disposición de entender tu amor animalista y la comprensión suficiente para señalarte cuales son los aspectos que le disgustan del animal.
Una vez identificados los problemas que tiene con las mascotas (ej: el olor, sus acciones, etc), debes enfocarte en ayudarlo con esos puntos. Por ejemplo, si tu polola odia a los perros porque alguna vez fue mordida por uno, demuéstrale que la agresividad no es una característica general de los canes y que pueden resultar ser extremadamente cariñosos. Otro caso común, es el asco por los pelos gatunos. En esta situación, puedes adquirir un gato de pelo corto o, en un extremo, un felino lampiño o hipoalergénico.
Toma en cuenta que tu pareja está haciendo su mejor esfuerzo y no debes presionarla: el amor por los animales es muy complejo y no lo entienden todos. La segunda solución es totalmente drástica y se relaciona con problemáticas más graves que un simple pelo de gato en la almohada: si tu pareja odia los animales y los maltrata emocional o físicamente, no te queda otra opción que terminar con la relación. Si es muy reacio, violento o exagerado con el tema, y aún así no quieres dejarlo, es recomendable que trate su problema con un psicólogo o psiquiatra.
Nunca olvides que el amor por los animales es un sentimiento de tolerancia, igualdad y respeto por todos los seres del planeta. Es difícil mantener una relación con quien mantiene una base valórica muy distinta u opuesta a la tuya.