Seguramente haz escuchado a alguien alegar por los perros y gatos que andan en la calle dando vuelta la basura, en ocasiones agrediendo a personas o robando cosas de algún patio. Quizás tu mismo has pronunciado palabras de queja por estas situaciones. Todos esos reclamos pueden ser válidos, sin embargo es necesario precisar que los principales culpables de que esto ocurra somos nosotros los humanos.
¿Qué tenemos que ver con los destrozos de esos perros callejeros? Los perros y gatos han estado por milenios junto a los humanos tanto por conveniencia al ser guardianes y compañeros de caza, razones espirituales o en la modernidad como compañía. Sin embargo al crecer las ciudades y aglomerarse más personas, también lo hicieron los animales que vivían ahí, reproduciéndose hasta el punto en que la población felina y canina estaba totalmente fuera de control.
Las personas en vez de hacerse responsables de este problema optaron por abandonar a sus compañeros animales y en otras ocasiones mataban a las crías, prácticas que siguen realizándose hoy en día. Sin embargo hay consenso en que la forma más humanitaria y compasiva de hacer frente a la sobrepoblación de gatos y perros es a través de la esterilización y castración, evitando que se puedan seguir reproduciendo con la misma velocidad.
Ponerse a matar a estos animales para detener su reproducción no solo es poco ético, sino que también es poco efectivo. Durante muchos años fue la estrategia utilizada por las instituciones públicas sin lograr resultados. Hoy en día está prohibido matarlos, y se considera un camino más responsable y eficaz optar por la esterilización y educación en tenencia responsable. Esterilizar tiene varias ventajas, tanto para la comunidad, el animal y la persona encargada del perro o gato. Se reduce la sobrepoblación, se alarga la vida de la mascota y se disminuye su agresividad evitando conflictos con otros animales o personas.
Para entender la gravedad de este problema basta con imaginarse una perra en la calle que queda preñada y da luz a cuatro crías. Digamos que dos son hembras y que pasado el año ellas quedan preñadas y dan luz a cuatro y seis crías cada una, además de que la madre de ellas da luz a otra camada. En el transcurso de dos años, de una sola perra salieron 14 perros que divagarán por las calles, continuando su ciclo reproductivo hasta que en 5 años serán cientos. Esto significa que tu puedes hacer un gran aporte al esterilizar una sola hembra, evitando que cientos de animales deambulen por las calles.
Por otro lado está la castración de los machos, la cual a menudo es rechazada por los hombres por cierta empatía de género, un pensamiento algo retrógrado, ya que se necesita tanto del macho como de la hembra para procrear. Hoy en día se recomienda castrarlos a ambos. Es importante también tener en cuenta que puedes estar cuidando la vida de tu compañero, ya que los perros castrados aumentan su expectativa de vida, son menos propensos a pelear y a contraer enfermedades de transmisión sexual. Es un mito rotundo que los animales cambian su personalidad cuando son castrados. Yo mismo era reacio a la castración de machos pero lo hice con mi perro luego de que un día volviera con serias lesiones y pus en el área genital. Hoy sigue siendo el mismo loco juguetón de siempre.
Es importante que cada persona que se queja por la cantidad de animales en las calles haga una auto evaluación de si es que ha hecho algo para cambiar la situación. Cada vez que hay un ataque por parte de perros en las calles las agrupaciones animalistas son cuestionadas, siendo que estas organizaciones normalmente están compuestas por gente común y corriente que hacen una labor voluntaria, sin recibir remuneración por su tiempo y esfuerzo. Por ello es que hay que entender que es labor de todos dar solución a este problema y se puede hacer de forma muy fácil: siendo responsable y esterilizando.