Esa hermosa mirada y el aspecto salvaje de un gato grande pero extremadamente tierno, seguramente es de un gato Somalí.
Esta raza de gato desciende el Abisinio. Al comienzo, los Somalí eran considerados una mutación debido a su pelo más largo, por lo que eran descartados. Sin embargo, desde 1960, en Canadá los criadores comenzaron a mostrar interés por estos gatitos que recibieron el nombre de Somalí, porque es el país vecino a Etiopía, de donde se cree provienen los Abisinios.
El gato Somalí, fue aprobado como raza por la Federación Internacional Felina en 1983. Existen tres variedades: Rojo (manto rojo con salpicaduras marrón), dorado (manto color liebre, marrón - naranja) y azul (punteado azul grisáceo, con rayas de color más oscuro).
A pesar de su aspecto salvaje, son gatos extremadamente sociables, mimosos, que disfrutan de la compañía de los niños y no tienen problemas de convivir con otras mascotas.
Se adaptan a cualquier ambiente, por lo que son excelentes mascotas.
Son grandes, llegando a pesar hasta 7 kilos. Sin embargo, sus patas son largas y delgadas, por lo que se ven más estilizados.
A pesar de que gozan de muy buena salud, es importante poner especial cuidado con los climas más fríos, ya que se pueden ver afectados en las vías respiratorias, pero teniendo esto en cuenta y con los cuidados básicos de cualquier gatito, tendrás a tu lado a un dulce compañero durante años.