Chispita es una perra héroe. Desde que nació en casa de mi abuela, nos ha entregado a mí y a toda mi familia muchísimos momentos de alegría y felicidad con sus locuras y travesuras. No por nada decidimos llamarle de esa forma.
Cuando Chispita cumplió 4 años nos dimos cuenta de que tenía una enfermedad uterina que le impide cruzarse. Tristes decidimos esterilizarla para que en definitiva, no tuviera cachorritos y sobretodo, para no arriesgar su vida.
Al año, una noche de abril, un fuerte maullido nos despertó a mi familia y a Chispita, quien rápidamente saltó de su cama. Nos dimos cuenta entonces de que un pequeño gatito había sido abandonado afuera de nuestra casa. Este no tenía más de dos semanas de vida, por lo que lo entramos a nuestro hogar para que no le ocurriera nada malo ahí afuera, siendo tan pequeño; y para poder al día siguiente decidir qué hacer con él.
Al despertar en la mañana, no encontramos al gatito donde lo habíamos dejado, y preocupados comenzamos a buscarlo. No estaba en otro lugar sino que oculto bajo el largo pelaje de Chispita: Mi perra héroe le estaba dando abrigo al pobre gatito abandonado.
Chispita salvó a ese pequeño animalito ya que desde esa noche lo adoptó y se convirtió en su madre sustituta. Aun cuando no podía darle leche, si le proporcionó cariño y calor, siendo este último fundamental para la supervivencia de los gatos cuando son bebés.
Chispita hizo más de lo que pudo siendo de otra especie, que lo que pudo hacer el dueño que optó por abandonar a ese gatito, cosa que hasta el día de hoy me cuesta comprender, como alguien puede llegar a ese nivel de crueldad con un animal recién nacido.
Mi perra es sin duda un héroe, ¡Tanto para los felinos como los caninos!