Un perro “bully” es un perro socialmente inadaptado, que puede disfrutar jugando con otros perros sin su correa, pero es muy probable que no tenga conciencia sobre el protocolo de juego que debe tener con otros perros. Él puede quizás ser muy celoso o brusco, botar a otros perros, seguirlos sin dejarlos en paz, gruñirles o tener una postura agresiva mientras juega. Esto puede suceder por poca socialización cuando cachorro o tendencias genéticas que provoca que ignoren los “códigos” sociales de los perros. Los perros bully suelen emocionarse muy rápido y es muy difícil que se calmen. Todos los perros tienen movimientos corporales y gestos faciales que les permiten comunicarse clara, rápida y efectivamente unos con otros perros (y humanos), especialmente para entender las intenciones de los demás. La mayoría de los perros conocen estos gestos que se aprenden generalmente durante los 8-16 semanas de vida de un cachorro si es criado en condiciones óptimas.
El bullying puede ser revertido o minimizado, pero la práctica hace al maestro, si a los bully se les permite serlo, pues serán mejores haciéndolo, así es que tener al perro bajo control es de gran importancia. Si el comportamiento no puede ser controlado efectivamente debe ser prevenido totalmente, no jugara más sin la correa a menos que sea con perros que puedan soportar y controlar la interacción.
Para prevenir el bullying en tu mascota:
No permitas que juegue con perros que no conoce sin correa hasta que esté entrenado y ya no sea un bully. Si él está bajo tu control y con correa, no podrá tener comportamientos indeseados
Manejando al bully:
Con los perros que él conoce (que vivan en la misma casa o de amigos) y que al parecer, respeta, déjalo jugar un poco bajo tu supervisión. Mientras él se está comportando bien déjalo continuar. A la primera señal de bullying debes detenerlo y no dejarlo jugar más.
Entrenando al Bully
1-La mayoría de los perros muestran signos de excitación que los dueños pueden identificar. Tu primer paso será estar atento de esas señales en tu perro, identifica cómo son y cuánto tiempo pasa hasta que empieza a tener comportamientos negativos.
2-Enséñale una palabra para que te ponga atención (usualmente su nombre, o cualquier otra palabra que el solo escuche cuando le darás un premio). Cada vez que le digas esta palabra, él debe sentarse frente a ti y mirarte a la cara, esto lo debe hacer siempre que le digas, sin importar que está haciendo. Él debe ponerte atención a ti y no moverse hasta que tú se lo permitas. Que un perro logre esto toma tiempo, pero no es difícil, durante el periodo de entrenamiento debes tenerlo bajo control cuando salgas a pasear con él.
3-Una vez que él te ponga atención, empieza a dejarlo jugar por períodos cortos con perros que él conoce bien y que sean iguales en tamaño y modo de juego. Los perros que son más relajados son mejores ya que previenen que tu perro se emocione mucho. Míralo cuidadosamente, después de unos minutos jugando, usa la palabra para llamar su atención, si el viene rápidamente, prémialo, acarícialo lenta y calmadamente de la cabeza a la cola 5 veces, hablándole lenta y tranquilamente y después déjalo ir a jugar nuevamente. Has que estos “breaks” duren de 30 segundos a 1 minuto.
4-Repite el paso 2 cuatro o cinco veces durante los juegos, después separa a tu perro, recompensa con premios a tu perro para que sepa que el tiempo de jugar se acabó y que hay aún hay algo bueno esperándolo: tú.
5-trata de hacer estas sesiones de juego 1 vez al día (no más), con el mismo perro o un equivalente por unas semanas. Trata de ir incrementando la duración de las sesiones uno o 2 minutos cada vez. El perro debería responder rápida y felizmente a tu llamado, sin importar que tan bien lo esté pasando. Si él no viene al llamarlo, entonces necesita más entrenamiento.
6-En este punto tu mascota debe tener un entrenamiento sólido cuando lo llames, ahora puedes empezar a dejarlo jugar con perros que no conoce, siempre vigilándolo de cerca. A la primera señal de que está volviendo a su comportamiento o está agitándose mucho, llámalo para detener ese comportamiento y evitar que vuelva ser un bully.
7-Si tratas de ir muy rápido con el entrenamiento, tu perro puede tener una “recaída”, hazlo lenta y constantemente, recuerda siempre premiarlo cuando tenga un buen comportamiento. Si lo ves que está jugando bien, felicítalo.
8-Interrumpir este comportamiento en su niñez es la clave, siempre que tenga este mal comportamiento, retíralo y cuando se calme prémialo. También puedes interrumpir su intención bloqueándolo con tu cuerpo si ves que está avanzando hacia una confrontación y al cambiar su atención en ti prémialo. Si sigue ansioso, llévalo a una esquina hasta que se calme o no dejes que siga jugando.
Un perro que te ve como el líder y responde rápidamente a tu llamado será más fácil de entrenar. La decisión es tuya, prevenir y manejar son más fáciles de implementar, pero sin entrenamiento, el perro siempre necesitara más atención y más cuidado.