Se podría decir que el dodo es una de las aves símbolo de los animales extintos. Originaria de las Islas Mauricio, cercanas a África por el océano índico, esta ave no voladora se extinguió a fines del siglo XVII (1662), y es la primera en desaparecer por culpa del ser humano.
No existe precisión respecto al aspecto exacto del dodo. Debido a que desapareció hace tanto tiempo, sólo se cuenta con descripciones e ilustraciones de la época, y restos óseos, que lo grafican como un ave de alrededor de un metro de alto, de color gris y un peso de unos 10 kilos.
Poseía un pico largo, de punta ganchuda. Respecto a las patas, se las describe como amarillas y gruesas. Sus alas eran muy pequeñas, atrofiadas por la vida del ave en la isla, por lo que perdió su capacidad de vuelo. En resumen, era un pájaro bastante macizo. Su nombre científico era el de Raphus Cucullatus.
Su triste extinción se debió a la llegada del hombre a la isla. Llamada Dodo (“estúpido” en portugués coloquial) debido a que era un ave muy fácil de cazar, puesto que no conocían a los humanos y no los veían como un peligro. Los humanos introdujeron en el área nuevas especies como ratas, perros, gatos y otros, que trajeron consigo enfermedades y devastación para los nidos de los dodos. Esto, sumado a la destrucción de los bosques (su hábitat), y la caza, terminaron por extinguirlo por completo, sólo 100 años después de la llegada del hombre a la isla.
Esta historia sería solo el comienzo de lo que ocurriría en los años venideros con muchas especies más que terminarían desapareciendo, como el Dodo, a causa del animal más depredador de todos: el ser humano.