En Nueva York, recoger la caca de los perros no es ningún acto de civismo digno de aplaudir, sino que es una reglar que todos los dueños de los mejores amigos del hombre deben cumplir o se exponen a una multa de más 250 dólares.
Al año se generan más de 100 mil toneladas de excremento de perros, la que proviene de los 600 mil ejemplares caninos que hay en toda la ciudad de los Estados Unidos, donde son miles los habitantes y visitantes que llegan a la semana.
La caca de los perros que van a parar a los vertederos, tiene un costo de 100 dólares por tonelada, lo que significa un elevado costo para la ciudad, pero gracias a la idea del Comisario de Reciclaje y Sostenibilidad de la ciudad, Ron Gonen, esto dejará de ser un problema, ya que el "Zar del reciclaje", como es conocido, pretende lanzar una campaña para darle un mejor uso a estos desechos.
El programa llamado Sparky Power, pretende instalar contenedores especiales para que los dueños de los perros pongan ahí los desechos de sus mascotas, la que será usada para entregarle la energía a parte del alumbrado de parques y plazas de toda la ciudad.
El excremente de muchos animales libera gas metano de efecto invernadero, el que puede transformarse en energía como el estiércol de vaca y cerdos, que hace muchos años se usa como una fuente de combustible en zonas rurales.
El proyecto Sparky Power pretenden que efecto de los perros neoyorquinos sea inmediato, por esta razón ya están implementando la fase piloto que se extenderá por lo que queda del año e iluminará a tres parques de la ciudad.
Fuente: ABC