Según un estudio realizado por Pedigree y el Centro Waltham (autoridad mundial y líder en el cuidado y nutrición de perros y gatos), que los niños crezcan con una mascota, trae importantes beneficios para el desarrollo emocional y social de los más pequeños de la casa.
Un perro o un gato, puede ayudar a combatir el estrés al que se exponen los niños en la actualidad, además pueden guiar un estilo de vida saludable, aportar en el desarrollo del lenguaje y en la reducción de alergias.
"Los estudios demuestran que los animales pueden actuar como 'amortiguadores de estrés', como por ejemplo, pueden relajar la angustia relacionada con la ansiedad provocada por distintas experiencias" declaró Viviana Gutiérrez, Directora de Pedigree Adóptame.
Que los niños tengas cercanía con los animales, desde sus primeros año, también influyen en el desarrollo de la empatía y en muchos casos, los pequeños adoptan un comportamiento más tranquilo con sus pares.
"Las mascotas, y los perros en particular, pueden ayudar a promover la actividad física simplemente con su mera necesidad de hacer ejercicio o sus deseos de jugar", contó Gutiérrez al mismo medio.
La capacidad que tiene un animal de acompañar sin juzgar son quien está, ha sido una de las explicaciones para el efecto tranquilizador que otroga la presencia de un animal, en los primeros años de vida.
Fuente: Publimetro
Imagen CC Lars Plougmann