Porque sabemos lo incómodo que puede resultar el sufrir algún tipo de alergia, es que debemos ser conscientes de que nuestras mascotas también las padecen y lo pasan mal. Detectarlas a tiempo es fundamental para dar con el tratamiento adecuado para cada tipo.
Gatos estornudando El sistema respiratorio de nuestros felinos es mucho más sensible ante los alérgenos que cualquier otro. Es por ello que sus estornudos son frecuentes y obedecen a un reflejo que busca dejar el polvo suspendido en el aire fuera de sus naricitas. No obstante, existen otros tipos de alergia bastante más serios. Las tres más frecuentes son:
1. Alergia a la saliva de la pulga 2. Alergias alimentarias
- Alergias atópicas
Todas estas actúan de una manera similar en ellos, que es generando pequeñas ronchas en su piel, las que rascan sin cesar provocando heridas, dolor y en algunos casos infecciones.
Generalmente se concentran en la cabeza, cuello y nuca de nuestros adorados gatitos y pueden desaparecer cuando nos deshacemos del componente que genera el malestar. De todos modos, es muy importante destacar que en los felinos, las alergias pueden ser controladas pero nunca erradicadas completamente.
En este sentido se recomienda:
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En el caso de las pulgas, mantenerlas absolutamente controladas en nuestro gato, con baños periódicos, un collar antipulgas y baños semanales con talco o con alguna sustancia que las mantenga alejadas. Asimismo, realiza un aseo exhaustivo dentro de toda tu casa, con el fin de dejar completamente fuera estos molestos bicharracos.
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Conversa con su veterinario acerca de la posibilidad de que algún alimento le esté provocando alergia. Esto en los gatos es bastante difícil, pero descartar mediante exámenes o dietas especiales puede ayudar bastante.
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En cuanto a las atópicas, observa bien la época del año, en qué lugares ha estado tu gato y estudia a qué alérgenos ambientales puede haber estado expuesto. En este caso, las opciones son similares a las humanas: polen, plátano oriental o polvo, son algunas de las largas opciones.
Perros con ojos llorosos Las alergias en nuestros perritos son mucho más sencillas de reconocer por los síntomas que generan. Los tres tipos de alergia que pueden sufrir son similares a los felinos y van desde:
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Ambientales
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Alimentarias
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Tópicas
En el caso de que se trate de alergias ambientales o tópicas, es importante alejar a nuestro perro de cualquier tipo de alérgeno. Un buen aseo, un baño a conciencia y la limpieza de su nariz, boca y ojos con un pañito limpio ayudarán.
En el caso de la piel, los perros suelen rascarse con mucha fuerza, además de mordisquearse con su hocico, lo que generalmente provoca heridas que se expandan. Para evitar el malestar, es bueno administrar algún antialérgico según le parezca mejor al veterinario y, además, darle baños con aloe vera, un buen shampoo dermatológico o en seco con maicena para aliviar la picazón. ¡Ojo! Esto último solamente si no hay heridas ni sangrados.
En cuanto a problemas alimentarios, decide junto a tu veterinario si conviene realizar exámenes en tu perro o no. Generalmente funcionan mejor las dietas proteicas, donde se añaden los posibles alimentos problemáticos para dar con el que genera el malestar. Acto seguido, debe ser eliminado de la dieta canina.
Algunas alergias respiratorias son aquellas que van en directa relación con moho, caspa, polen o químicos. Esto último es muy importante, ya que muchas veces limpiamos su rincón o su pipí con cloro u otros productos que pueden dañar a nuestra mascota.
Mi Hamster también Aunque es bastante poco frecuente, los hamsters también pueden sufrir alergias, generalmente producto del sitio donde habita. Es decir, su camita, algún tipo de comida u otro factor externo.
Existen algunos tipos de viruta que hacen especialmente propensa esta condición, como lo son las de cedro o pino. También sucede con alimentación demasiado calórica en base a maíz o avena, además de los ya mencionados productos de limpieza con los que aseamos sus espacios, limpiamos sus desechos etcétera.
En el caso de estos simpáticos animalitos sus alergias se presentan con estornudos, respiración pesada un rascado frecuente, irritación de la piel, ojos con legañas y pérdida de pelo.
La mejor manera de controlarlo es llevándolo al veterinario y observando qué cosas han cambiado en su entorno físico al momento de presentar síntomas.
Imagen CC Digo_Souza