Fue un descubrimiento reciente -que hicieron los investigadores del Instituto Antártico Chileno (Inach)- en el que se recolectaron muestras de 301 ejemplares de pingüinos Adelia y que confirma la existencia de un nuevo subtipo de gripe aviar, que afecta a estos animalitos del continente blanco.
El virus fue encontrado en el material genético de ocho muestras -seis pingüinos adultos y dos polluelos- es decir un 2,7% del total examinado. Sin embargo, no causa enfermedad en los pingüinos, aunque su capacidad de mutación es alta y podría volverse patogénico.
Estudios demostraron que el 16% de los pingüinos (lo que equivale a 43 animalitos) tenían sus propios anticuerpos de la Gripe A, por lo que no se verían afectados como en el caso de los humanos. A pesar de no ser dañino para los pingüinos, la presencia del virus en la zona es preocupante, ya que se encuentra vivo y evolucionó aisladamente desde otras partes del mundo.
El investigador de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción, Daniel González, afirma que "el riesgo para las personas que visitan la Antártica es mínimo, porque es un contacto no estrecho entre animales y personas y además, el virus encontrado acá es uno que está adaptado a pingüinos. Distinto sería el caso, si es que este virus muta y se vuelve patógeno para las personas, pero eso afortunadamente es poco probable". El equipo de investigación, fue liderado por Aeron Hurt, científico del Centro de Referencia e Investigación sobre la Gripe en Melbourne, Australia y se realizó entre enero y febrero del año 2013.
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