Una de las principales tareas que tiene un amo cuando llega una mascota recién nacida al hogar, tiene que ver con enseñarle al cachorro a hacer sus necesidades en el lugar que ha sido determinado para aquello. Sobre todo si es que el diminuto habitante de cuatro patas vivirá, por ejemplo, en un departamento.
Este entrenamiento requiere, primero, de constancia y dedicación, así como también y fundamentalmente, de paciencia por parte del dueño del cachorro, ya que no conseguirá - aunque siempre existe la excepción-, hacerlo en la primera lección.
Ahora, hay un consejo que es clave y no solo para que el cachorro no arruine la alfombra con su orina, sino que para su futuro comportamiento, pues este adiestramiento debe ser siempre desde el refuerzo positivo y no desde los castigos o maltratos que podrían transformarlo en un perro miedoso.
¡Método!
En el proceso de enseñarle a hacer sus necesidades al cachorro, es preponderante que comiences a conocer sus tiempos. Es decir, saber cuándo y cada cuánto este corre a defecar. o a orinar.
La mayoría comienza a inquietarse 10 o 15 minutos después de comer o beber. Es en este momento cuando toma protagonismo el famoso papel de diario o periódico, aunque sin duda hoy en día es mejor utilizar las llamadas toallas de entrenamiento (las que puedes adquirir en las tiendas de mascotas o bien en las clínicas veterinarias), ya que estas tienen un olor que para el cachorro es atractivo y el cual los hace querer orinar ahí.
Como sea, cualquiera sea lo que uses, lo primordial es que en ese momento agarres a tu cachorro y lo lleves hasta donde debe hacer sus necesidades, repitiendo el movimiento hasta que este lo aprenda y, llegado el momento (generalmente tras dos semanas), acuda por su propia iniciativa a ese sitio.
También es importante que la primera vez que acuda solo a hacer sus fecas u orinas en lugar que le indicaste, puedes premiarlo para reforzar esta conducta positiva y así además convertirte en un buen líder.
¿Por qué no llevarlo a la calle en esta primera etapa?
Probablemente te estarás preguntando por qué no puedes llevarlo a la calle a los 10 o 15 minutos luego de comer o beber y quiera hacer pipí. La respuesta es simple, puedes hacerlo siempre y cuando el cachorro ya haya cumplido con su calendario de vacunación, el que es vital para que no contraiga enfermedades graves en su primera etapa de vida.
¡A pasear!
Cuando el cachorro ya haya aprendido a hacer sus necesidades en ese papel de periódico o toalla de entrenamiento - y tenga sus vacunas al día-, podrás comenzar a pasearlo y que así adquiera la costumbre de hacerlo afuera de la casa.
Para ello debes seguir con el método e identificar cuándo está por hacer y así llevarlo a su paseo - siempre portando tu bolsa para recoger las fecas-. De esta forma y poco a poco, irá haciendo suyo el hábito.
Ahora, también es importante que sepas que el cachorro recién alcanza el control voluntario de la micción o la defecación, cuando cumple los 4 meses aproximadamente, por lo que mientras no cumpla esa edad, deberás sacarlo a la calle cada 3 horas, que es lo que más o menos pueden aguantar.
¿No lo logra?
Si cumplida toda esta etapa el cachorro aún no logra ir al lugar enseñado y/o además no controla la micción, podrías estar frente a otro tipo de problema que no tiene que ver con la conducta.
Podría incluso tratarse de un problema de salud, posiblemente, en la vejiga del pequeño can, por lo que en ese caso deberás acudir al veterinario para que descubran el problema y puedan recomendarle el tratamiento adecuado.
Finalmente debes recordar que este proceso de enseñar al cachorro a hacer sus necesidades donde quieras, será exitoso siempre y cuando seas constante, paciente y responsable con el método para que el adorable cachorro adopte el hábito.