La historia que les voy a contar no trata solo de hechos, sino que intenta dar a conocer la identidad de Calcetines, “El Killo”. Un gato con una vida misteriosa.
Fue encontrado abandonado en una caja el año 2007 por mi hermana, quien lo adoptó y llamó Calcetines, por su pelaje blanco y gris que daba forma de calcetines a sus patas y una suerte de mascara a su rostro. He ahí el enigma que acompaña su historia. ¿Quién es el gato tras la máscara? ¿Quién es Calcetines? Y ¿Por qué se convirtió en “El Killo”?
Es cierto que al principio fue un gatito muy regalón, comilón y, su dueña era mi hermana. Pero después se acostumbró a dormir en mi pieza y rasguñaba la puerta o la ventana para poder entrar.
Como a todo gato le llegó el amor y en busca de gatas recorría los tejados. Desaparecía por días y llegaba lleno de heridas, patas hinchadas, mordeduras de perro, etc. Su lado animal nunca dejo de sorprender, parecía no importarle las heridas y se recuperaba muy pronto. Cuando lo castraron estuvo un tiempo más tranquilo y pensamos que sus ansias de aventura se le habían pasado. Pero no.
Un día cazó un zorzal y lo dejó en el pecho de mi hermana mientras dormía, ya nadie lo quería en su dormitorio. Solo había un lugar donde podía ser recibido, en mi habitación. Y nuevamente comenzaron sus andanzas.
Desde ese momento empezó a traer ratas, pájaros, insectos, lagartijas hasta conejos como forma de ofrenda. Un singular sonido “gaang” en vez de “miau” avisa su llegada con sus infortunadas víctimas. Ahí fue cuando se comenzó a llamar “El Killo”. Mezcla de dos palabras Kiltro; por su carácter y gatillo; por su picardía. Gato ladronzuelo acechador de platos y asados descuidados, pero siempre muy agradecido. Se volvió robusto y curtido llevando una doble vida de la que nadie sabía.
Una tarde caminaba por el bosque y vi al Killo entre la hierba jugando, y otra vez lo vi subido en un tronco observando los pájaros para cazarlos. El nunca supo que lo había visto. Hasta el momento sólo era un gato de casa, no lo imaginaba. El Killo un gato silvestre disfrutando entre la hierba y los pájaros. Cierta vez desapareció tres días y llegó con un lazo al cuello, nos volvía a sorprender ¿Cómo pudo soltarse? Nadie lo supo, pero supimos de donde provenían los conejos. Su doble vida guarda aún otro misterio…
Yo daba vuelta la esquina cuando me lo topé de frente en la calle, me mira fijamente y con cara de haber sido descubierto, corre y salta el muro de una casa. Siempre iba al mismo lugar, desaparecía días y llegaba gordito, ¿Qué será? me preguntaba. Cierto día subí a la plaza y por casualidad miré el techo de la casa, allí estaba el Killo tomando sol mientras una señora lo llamaba para darle alimento. ¡Embaucador! ¡Tenía otro hogar!
¿Quién era realmente mí gato? ¿Era Calcetines? Un dulce gato de casa, o ¿“El Killo”? un libre gato silvestre. Pero ¿Quién es el gato tras la máscara? Eso nadie nunca lo sabrá.