Hace pocos días se tuvo noticia de la muerte del elefante Chai en el Zoológico de Oklahoma, Estados Unidos. El elefante supuestamente se encontraba en perfecto estado hasta el día anterior a su muerte. Pero su fallecimiento a la corta edad de 37 años nos hace plantearnos que, efectivamente, los elefantes (y otros animales) suelen vivir mucho menos cuando se encuentran en cautiverio, es decir, no logran ni acercarse a su esperanza de vida en libertad, que es de 70 años.
Según un listado de la AZA (Asociación de Zoológicos y Acuarios) y publicada por PETA aquí, más de la mitad de los 76 elefantes que murieron en lugares acreditados por la AZA desde el año 2000 nunca llegaron a cumplir 40 años.
Estas cifras vuelven a tomar importancia luego de la muerte de Chai, el elefante asiático que falleció el 30 de enero pasado en extrañas circunstancias, a sus jóvenes 37 años, en el Zoológico Oklahoma City. El elefante había sido trasladado desde el zoológico de Seattle hace menos de un año, luego de la muerte de otro elefante llamado Watoto, que fue encontrado convulsionando para nunca recuperarse. Chai, junto con Bamboo, otro elefante, fueron entonces trasladados al zoológico de Oklahoma a pesar de que para ese entonces había un santuario de elefantes dispuesto a recibirlos. En vez de llevar a los paquidermos a un lugar amplio donde pudiesen disfrutar el resto de sus vidas en tranquilidad, fueron nuevamente condenados a ser exhibidos en una miserable existencia en prisión. Como sucedió con Watoto, Chai fue encontrado en las mismas circunstancias para nunca despertar.
La organización animalista más famosa del mundo PETA ha creado una petición para cerrar el zoológico de Oklahoma e insta a los encargados del lugar a enviar a los elefantes restantes a un santuario.
Vía: PETA