Ese día, noté raro a Leonardo. Si bien siempre se ha caracterizado por tener un genio especial y siempre se comporta como un gato enojado, ese día su enojo llegó al extremo. Vivimos los dos solos en un departamento, aunque en realidad siempre he pensado que es él el que manda y yo solo soy su esclavo. La cosa es que habíamos carreteado en un bar con un grupo de amig@s y, por lo regular, esos carretes terminan en mi departamento (O en el departamento de Leonardo, como lo quiera ver). Luego de varias cervezas y mucha conversación, todos nos dimos cuenta que algo le pasaba al Leo, ya que se escondía detrás de la cortina y trataba de rasguñar las piernas a quienes pasaran cerca, algo así como un gato ninja que se camuflaba y atacaba cuando tenía la oportunidad de hacerlo. Sí, era un gato enojado y no sabíamos lo que iba a hacer después.
Cuando ya la fiesta estaba terminando, varios amigos se fueron pero otro se tuvieron que quedar, ya que era tarde y vivían algo lejos. Para que fuera más cómodo para todos, algunos compartieron el sillón y con una "amiga" compartimos mi cama. Apenas nos acostamos, Leonardo corrió hacia la pieza, subió la cama y se echó sobre mí. Y ahí estuvo mucho tiempo, mirando con cara de gato enojado a esta señorita que trata de dormir al lado mío. Yo trataba de hacerle cariño pero no me dejaba. Su cola me indicaba que estaba enojado y cuando un gato entra en esa fase, es mejor alejarse. No me quitaba los ojos de encima y algo trataba de decirme con sus ojos amarillos penetrantes. De un momento a otro, salta sobre ella, la despierta y sale corriendo al living. Algo le pasaba a Leonardo.
Al otro día, despertamos y nos fijamos que Leonardo seguía enojado, escondido tras la cortina. Tomamos desayuno y cuando ella se iba, tomó su mochila y nos encontramos con la sorpresa: Leonardo, el gato enojado, la había orinado. Molesta, tomó sus cosas y se fue, sin decir palabra alguna. Luego de eso, Leo salió de su escondite con una mirada reprobadora. Al final, no seguí saliendo con ella porque descubrí que tenía pareja hace 3 años y solo me estaba utilizando. Leonardo algo supo, desde siempre y me lo intentó decir. Desde ahí, le hago caso a su sexto sentido gatuno.