Es muy curioso recordar cómo comencé a vivir entre tortugas a sabiendas que nuestro departamento medía 50 metros. Afortunadamente teníamos la disposición, los recursos y las herramientas para educarnos al respecto.
Todo comenzó con una pequeña cajita de zapatos que me entregó una amiga con 2 pequeñas tortugas de tierra, ella sólo me pidió que las cuidara un fin de semana y hoy ya han pasado 9 años.
Al conocer sus necesidades, requerimientos, cuidados y aseo, me comencé a fijar en la gran cantidad de personas que tenían estas especies y que realmente no les prestaban atención, también ocurría con las tortugas de agua, que muchas personas las adquieren en tiendas, dejándose llevar por su tamaño diminuto, sin tener el menor conocimiento, por ejemplo, que lo normal es que ellas crezcan más de 30 cm. Justo allí es cuando comienzo a informarles sobre algunas recomendaciones para que tengan mayor pronóstico de vida y por serles más engorroso, deciden entregármelas para que yo las cuide mejor.
Llegamos a tener más de 9 tortugas, 3 de tierra y las de agua que criábamos como correspondía, eso implica darles de comer pescado crudo, lo cual hacía más complejo la limpieza de sus acuarios, dejarlas tomar sol supervisadas, comprar lámparas especiales para los días fríos. Después de criarlas las entregábamos a un Parque Nacional para que de esta forma continuaran su vida en un hábitat más adecuado y espacioso.
Les voy a contar cómo encontré a una pequeña tortuga de la especie rhinoclemmys diademata en casa de una amiga, ella ni siquiera me había hablado jamás de la tortuga y yo la descubrí por mi misma en el jardín interno de su casa, a lo cual me sorprendo y le pregunto desde cuándo la tiene, ella me dice que hace más de un mes se la encontraron en un viaje y decidieron llevarla a casa, pero que realmente ella no le prestaba atención, le pregunté por qué la tenía en tierra si parecía de agua, me dijo que no tenía idea y que la verdad hace días que no le daba comida, que tal vez estaba comiendo del jardín lo que encontraba, también me di cuenta que no tenía ni una gota de agua y que su caparazón estaba con manchas blancas. Enseguida le dije que me permitiera llevármela a lo cual sus niñas me dijeron que sí porque nadie le daba comida. Me alistaron una caja y la llevé a mi departamento, junto a mi esposo revisamos sobre la especie y vimos que era semiacuática, por ello no murió en esa casa, pues tiene la habilidad de estar tanto en agua como en tierra, pero estaba bastante mal de salud, pues el caparazón estaba muy blando, eso indica falta de calcio y de sol y las manchas blancas indicaban hongos en su cuerpo.
La llamamos "Rino" en honor a su especie y comenzamos simplemente a quererla, porque cuando uno quiere, hace todo lo necesario por verla bien, así que la acomodamos en un terrario semi acuático con parte seca y parte de agua, ubicamos ese terrario cerca de la ventana para que le diera la luz del sol, pero adicional colocamos lámpara de rayos ub que se enchufa a la corriente y la mantenía caliente. La alimentamos con vegetales y pescado crudo, la llevamos con un veterinario experto en animales exóticos quien comprobó lo deteriorado de su estado, recomendó calcio en su comida y así pasaron los días, cumplimos con el tratamiento y Rino superó su peor momento. La llevamos después de 2 meses, al Parque Nacional que ofrecía su cuidado, pero antes debía permanecer en cuarentena, sería evaluada por personal del parque y luego la colocarían junto a otras de su especie, fue muy gratificante cuando nos dijeron que estaba muy bien cuidada, aunque en su caparazón continuaban las marcas blancas de su anterior hogar. Fue aun más conmovedor cuando fuimos un año después al parque y "Rino" estaba en una exhibición de terrario tras cristal, donde la gente la ve como un museo, pero lo que nos hizo realmente feliz fue ver que no estaba sola, estaba con sus crías.
Lo más importante de mi experiencia y que hoy quiero compartir contigo, es que existen distintos tipos de animales que son mascotas domésticas, que pueden convivir en tu hogar y ser parte de la familia, sin embargo hay otras especies que no deberían ser comercializadas. Esta situación cambiará cuando las personas dejen de comprarlas como juguetes, en todo caso si te sucede como a mí, recuerda que hoy tenemos mil formas de acceso a la información, edúcate y ofréceles el mayor de los cuidados.