Un día cualquiera, caminando hacia un supermercado cerca de nuestro hogar, nos encontramos con una extraña situación: se escuchaba un perro llorar fuerte, y un guardia del lugar estaba parado en el acceso para evitar que la gente entrara, todo lo cual nos pareció bastante sospechoso. Al acercarnos a observar que ocurría, vimos un perro amarrado a bicicletero del estacionamiento. Exigimos al guardia que nos dejara pasar para llevarnos al perro, pero no nos quería dejar entrar, esto era porque además de haberlo amarrado, lo había golpeado bruscamente. Al amenazarlo con llamar a carabineros, él accedió de mala forma a que atendiéramos al perro. El animalito estaba en mal estado, tenía un problema en una de sus patas traseras, y lo que habían usado para amarrarlo lo estaba ahorcando y dañando su cuello. Cuando lo estábamos sacando del lugar, el guardia había desaparecido, al llegar a nuestra casa lo atendimos, y un veterinario nos explicó el problema en su pata trasera: corte de ligamentos por un golpe en la rodilla, cosa que ya no tenía solución. Le dimos alimento y agua, lo bañamos, desparasitamos y le sacamos todas sus pulgas. A los días después, su ánimo estaba muy bien, ya no estaba asustado y nos acompañaba a todos lados cuando salíamos, cojeando felizmente tras nosotros, por lo que concluimos que ya estaba listo para ser adoptado. Pensamos que pasaría mucho tiempo antes que alguien apareciera, debido a su condición de mestizo y su patita coja, sin embargo, tuvimos la suerte que apenas al día siguiente de haberlo puesto en adopción, y gracias a un aviso en la radio, Cojito encontró un nuevo dueño. Un mes más tarde fuimos a visitarlo y Cojito ya era un perro diferente. Totalmente feliz en su hogar y muy regaloneado.
Cojito tuvo una segunda oportunidad gracias a que en ese momento entendí que sólo yo podía ayudarlo, que tenía que actuar. Si uno espera que "otro lo haga" y todo el mundo actúa de la misma forma, no podemos esperar mucho como humanidad. Todos tenemos la capacidad de salvar una vida, y no solo eso, es nuestra obligación.