Tal como lo dice su nombre, el Lebrel Afgano es originario de Afganistán y su primera aparición se sitúa cerca del año 1.000 a.C. Este perrito se caracteriza por tener un largo y liso pelaje -que puede ser negro, rojo o crema- el cual requiere de una gran preocupación por parte de su dueño, si no se torna opaco e irremediablemente enredado.
Si bien en un principio fue considerado como un perro de caza y pastoreo, actualmente sus dueños le brindan un rol de compañía, siendo muy apreciado por los doglovers gracias a su elegante aspecto y fuerte contextura.
La esperanza de vida del Afgano se extiende entre 12 y 14 años, y es capaz de vivir en montañas, en grandes alturas y bajas temperaturas. No suele enfermarse muy a menudo, ni tampoco posee en sus genes enfermedades propias de la raza.
Este sofisticado canino adora estar con sus dueños: tiene un carácter muy independiente con ellos, aunque desconfía de quien no conoce. Al igual que la mayoría de los perros de mediano y gran tamaño, le encanta salir a pasear y necesita ejercitación a diario.
Con un peso que alcanza los 27 kilógramos y una estatura de 74 centímetros, el Lebrer Afgano es un perro ideal para personas con patios grandes, que tienen tiempo y recursos para adoptar mascotas y que prefieren los animales grandes sobre los pequeños.