Así como los humanos, tus mascotas pueden deprimirse. Y tu gato no está exento de sufrir de este mal. Pero así como en las personas, la depresión puede ser confundida con otras patologías y nuestros gatos, les puede costar un poco explicarnos qué es lo que sienten.
Los gatos pueden deprimirse después de algo negativo que marque su vida, una mudanza, la pérdida de alguien querido o de otra mascota compañera, un viaje, y hasta los cambios de horario que puedas tener (si llegas más tarde a la casa, te vas más temprano, por ejemplo). Si sospechas que tu gato está pasando por un mal momento, debes estar pendiente de estos síntomas:
-Está durmiendo más de lo normal: Los gatos son dormilones por naturaleza. La verdad es que les encanta dormir y pueden pasar más de 15 horas durmiendo durante el día, aunque no es un sueño pesado sino más bien superficial. Algunos gatos empiezan a estar más activos hacia el atardecer y otros pasan toda la noche en vela. Muchos gatos, así como los humanos, también se ven afectados por el clima y duermen más durante los días lluviosos o oscuros. Pero si tu gato que no tiene ningún problema médico, no es una gata embarazada ni es muy mayor, y empieza a dormir mucho más de lo normal, puede tomarse como un signo de depresión.
-Si es un gato activo, que ya no sale y se esconde en lugares en la casa: Como ya lo dijimos, muchos gatos son flojitos y parece que su deporte favorito es dormir. Muchas veces, cuando el gato llega a la edad adulta, empiezan a ser menos juguetones y no salen con tanta frecuencia como lo hacían antes. Pero si tu gato activo, el rey de la cuadra, empieza a quedarse en casa, a esconderse en lugares como debajo de la cama, el sofá y lugares oscuros de tu hogar, puede estar deprimido.
-Deja de usar su cajita de arena de manera correcta: Cuando un gato deja de usar su cajita de arena de la manera correcta o empieza a regar la arena y heces fuera de la misma, te está diciendo algo. Si descartas enfermedades urinarias, tiroides, artritis, diabetes, etc. que afecten la frecuencia con la que tu gato usa su baño y has mantenido la arena limpia (a ellos no les gusta tener su caja de arena sucia) podemos hablar de depresión.
Hay otros síntomas de los que debes estar pendiente: hábitos alimenticios, de limpieza, maullidos excesivos, comportamiento agresivo, etc. Como pueden indicar también otro problema médico, debes visitar a su veterinario si observas estas conductas de manera repetida y discutir con él qué pueden hacer al respecto.
Y por supuesto, no olvides que el amor es un gran arma contra muchos males. Dale cariño, atención, juega con él y acarícialo. Tu compañía lo ayudará a sentirse un poco mejor.