Tristemente la matanza de animales por cazadores furtivos ha sido una notica común en el último tiempo. Entre las especies más afectadas se encuentra el elefante, el cual es perseguido y asesinado por el marfil de sus colmillos. Hace pocos días supimos que un cazador alemán dio muerte de uno de estos animales en Zimbabue, el más grande ejemplar asesinado en 50 años en África, donde mueren alrededor de 30 mil elefantes cada año. Cabe recordar que fue en la misma nación en la que se supo de la bullada noticia de un dentista norteamericano que pagó para dar muerte al león Cecil en julio pasado.
El fallecimiento del elefante ocurrió el pasado 8 de octubre y se cree que el animal tenía entre 40 – 60 años y sólo uno de sus colmillos pesaba 55 kilos. Lo peor de todo es que la caza de animales en ese país es legal. Él hombre que dio muerte a este espécimen pagó 60.000 dólares para poder hacerlo.
Días después 26 elefantes murieron envenenados con cianuro en distintos parques naturales de Zimbabue. En septiembre pasado otros 14 fallecieron de la misma forma. Otra vez los cazadores furtivos son los protagonistas de las noticias, esta vez en busca de marfil para contrabando.
Las autoridades de los parques prometieron más seguridad en los lugares con drones y vehículos de patrullaje, sin embargo la caza furtiva se practica durante años y aun no se toman medidas realmente serias al respecto para erradicar por completo estas crueles e innecesarias prácticas. Esperamos que se pueda detener la matanza de este hermoso animal y otros, que están en peligro de desaparecer por culpa del peor depredador de todos: el ser humano.