La belleza de los felinos de mayor tamaño es innegable: son símbolo de prestancia, glamour, sensualidad y fuerza, no por nada el “animal print” es un estampado que nunca pasa de moda, pero los seres humanos siempre seremos los primeros depredadores de estas bellas especies y por causa de nuestros desmedidos actos hemos tenido que lamentar la pérdida de una bella especie: el leopardo nebulosa de Formosa.
Este felino era un subespecie perteneciente a la familia de las panteras y su particularidad era poseer un pelaje de tono dorado y blanco con manchas negras que se asemejaban a las nubes. Además, contaban con dientes caninos más grandes que el resto de sus símiles y poseían una cola de menor tamaño que el resto de las panteras.
Esta subespecie endémica pertenecía a la zona de Taiwán y se extinguió en 1990 debido a la destrucción de su hábitat y de la caza ilegal por lo atractivo de sus huesos y su piel. Incluso en el año 2001 investigadores asiáticos y estadounidenses colocaron 1500 cámaras infrarrojas y trampas de aroma en las áreas montañosas desde los Himalayas hasta el sudeste de China, donde solían habitar estos felinos, para reiniciar la búsqueda de la especie, pero no se han obtenido resultados positivos, y se duda que tengamos buenas noticias respecto a este hermoso felino.
Actualmente, solo se puede conocer a esta felino en el Museo Nacional de Taiwán, donde hay un ejemplar disecado.
Dadas las fallidas búsquedas de algún ejemplar vivo, en agosto de 2013 se declaró que el leopardo nebulosa de Formosa es una especie oficialmente extinta, tal como explicó el zoólogo Chiang Pro-jen a la Agencia Central de noticias de Taiwán (CNA) “hay pocas posibilidades de que el leopardo nublado todavía exista en Taiwán”.