El cambio climático no solo afecta a los oso polares que e están quedando sin alimento por culpa del derretimiento de los hielos, sino que también causó graves problemas en la evolución de los perros.
Según una investigación realizada por el colegio de Biólogos de Málaga, España, los cambios de temperatura por los que ha pasado nuestro planeta, afecta a los cánidos, mucho más que a los humanos.
El estudio fue publicado en la revista Nature Communications, donde fueron expuestos los análisis de los restos fósiles de perros que datan de haca más de 40 millones de años, los que fueron encontrados en Norte América.
Las primeras conclusiones arrojaron que la alteración evolutiva de grupos de perros, podría ser consecuencia directa del cambio climático que ha afectado a otras especies, incluso llevándolas a la extinción.
"Hablamos de perros salvajes y tenemos que saber nuestros perros no evolucionan igual", comentó al medio español La Razón, Fidel Causse, uno de los investigadores que participó del estudio realizado.
Hace 40 millones de años, el clima era mucho más cálido que ahora, además que habían más árboles, hasta que la temperatura global bajó en forma considerable, lo que afectó el crecimiento evolutivo de los cánidos.
Los perros son nativos de América del Norte y según el análisis de los fósiles, estos animales tenían un aspecto similar al de las mangostas, con rostros alargados, de baja estatura y una delgadez característica de estos animales.
"El cambio climático ha influido por tanto en la evolución de la familia Canidae, que fue cambiando sus modos de caza", según consigna el informe creado por los especialistas que analizaron a estos animales.
Diferentes han sido las especies que se han tenido que adaptar a las condiciones de su hábitat, las que han variado con el paso del tiempo, lo que "sucede por selección natural. Se adaptan al clima en que viven, a lo que necesitan, y transmiten esa genética", según la psicóloga canina Amparo Fortea, quien declaró al mismo medio.
Para lograr los resultados, el equipo de investigadores debió examinar los codos de los dientes de mas de 32 especies de perros que fueron encontrados entre 40 millones y 12 millones de años atrás.