Definitivamente enseñarle a un perro que aprenda a ir al baño donde nosotros queremos es todo un desafío. Esta dificultad aumenta cuando nuestro fiel compañero ya es adulto y sus conductas ya han sido condicionadas. Este tema es muy importante ya que es el principal motivo de conflicto en nuestras casas cuando hemos decidido llevar una mascota y ésta no se comporta como esperamos.
Debemos considerar y NO OLVIDAR que nuestras mascotas son individuos, todos son diferentes y lo que les resulta a algunos a otros no, pero la educación que les debemos entregar se basa principalmente en PACIENCIA, AMOR Y RUTINA.
Cuando llevamos una mascota a nuestra casa o departamento por primera vez, el instinto de los machos es el marcaje de territorio y eso lo hacen con su orina, por ello, debemos tratar de evitar que esto ocurra ya que dificultara nuestro entrenamiento. Pero en general, lo básico sería considerar:
1. DEFINIR RUTINA Y HORARIOS
Los cachorros deben comer 3 veces al día, por ello esta es la clave para generar horarios. Existen 2 posibilidades para entrenar: la primera es fijar un lugar dentro de la casa como “baño” y definirlo utilizando un diario, papel absorbente o toallas sanitarias, independiente del material a usar lo importante es que estén impregnados con olor a amoniaco (puede incluso ser su propia orina o comprar símiles en las tiendas de mascotas) esperar 30 minutos después de comer, llevarlos a su baño y esperar pacientemente que el cachorro haga sus necesidades. Esto suena simple, pero la verdad no lo es!!!, lo más importante es la PACIENCIA Y LA CONDUCTA REPETITIVA, osea repetir esto durante días o incluso semanas, sin gritos ni desesperación. Los animales se condicionan con las conductas repetitivas, por ello tarde o temprano aprenderá y solo dependerá de nosotros. La segunda opción de entrenamiento es esperar los 30 minutos después de comer y sacar al perro de la casa o departamento hacia una plaza o jardín, allí los olores dejados por otros perros puede ser un estímulo para lograr nuestro objetivo.
Esta etapa es crucial y determinante ya que depende principalmente de nosotros como dueños, debemos demostrar paciencia y afecto, no gritos ni retos, ya que lo único que generaremos es miedo. Un buen método para agilizar este proceso son los premios o snacks cada vez que el cachorro logre lo que buscamos.
2. El "NO" puede ser POSITIVO
Una vez que definimos el lugar y los horarios, comenzamos la educación verbal. Si bien es contraproducente gritar y enojarse, un NO seguro de nuestra parte será un colaborador. Cada vez que el animal intente orinar en un lugar diferente al que escogimos debemos decir NO, lo tomamos y lo llevamos al lugar correcto.
3. APRENDE A INTERPRETAR LAS SEÑALES
Cuando nuestro entrenamiento ha progresado, son ellos mismos quienes comienzan a manifestar mejorías en la conducta, por ejemplo, saltan agitados cerca de las puertas, te persiguen con una mirada “diferente”, se quedan fijos en la puerta y la rasguñan.
Es cierto que los perros adultos son muy difíciles de enseñar desde cero, pero la paciencia puede ser tu mejor aliado. Además nunca debemos subestimar a nuestro amigo, por algo lo escogimos y su inteligencia te puede sorprender!!!