Comúnmente conocido como SIDA o VIH gatuno, el virus de inmunodeficiencia felino (VIF) es una enfermedad que afecta a los gatos, además de sus parientes como los leones y tigres. Quienes tienen gatos en su casa deberán estar muy alertas puesto que no existe una cura. La mejor forma de lidiar con esta amenaza es la prevención por lo que vale la pena conocer algunos detalles que te pueden ayudar.
Contagio
En muchos aspectos es similar al SIDA humano: se contagia por fluidos corporales tales como la saliva y la sangre. Es común que se contagie en peleas por territorio o una hembra en celos y una mordida conlleva altas probabilidades de traspasar el virus. Otra vía de transmisión es desde la madre infectada a los hijos mediante la placenta o la alimentación, aunque no siempre ocurre así. Se ha registrado mayor incidencia en gatos de 5 a 10 años.
¿Cómo afecta a los gatos este virus?
El virus se instala en los glóbulos blancos y actúa destruyendo las defensas del organismo, al igual que el SIDA humano. En el largo plazo esto significa que el gato no tendrá capacidad de enfrentarse ni a un simple resfriado. En el fondo lo que hace es dejar la puerta abierta para todo tipo de infecciones, transformando una leve agresión en una amenaza mortal para tu mascota.
Síntomas
A veces es difícil de identificar puesto que todos sus síntomas se pueden asociar a otras enfermedades. Sin embargo se han identificado algunas etapas principales desde la incubación:
- La primera fase puede durar entre 4 a 16 semanas presentando algunos cambios en el tracto respiratorio superior, diarrea y fiebre.
- En la segunda fase los síntomas desaparecen y su tiempo de duración es desconocido. Pueden pasar meses o años en que el gato aparenta estar completamente sano.
- En la fase final el felino puede presentar anorexia, anemia, fiebre, pérdida de peso e inflamación de los ganglios linfáticos, los cuales son importantes para el sistema inmune. También se pueden percibir alteraciones del comportamiento, diarrea crónica, inflamación de la mucosa bucal. El hecho de que las encías, lengua y los tejidos que rodean al diente estén inflamados son manifestaciones comunes del VIF.
Cómo comprobar o descartar el virus
El VIF se detecta al igual que el SIDA humano, con una muestra de sangre. Es un examen rápido, aunque dependiendo el avance del virus los resultados pueden no ser acertados por lo que es necesario repetirlo con el tiempo. Lo anterior puede ocurrir por ejemplo con un gato que aún está amamantando ya que la puede arrojar un resultado positivo (contagiado) debido a que la madre le traspasó sus anticuerpos. Una vez terminada su lactancia, el gato puede resultar sano.
También es posible que en una etapa temprana de incubación el examen arroje un resultado negativo que no corresponde a la realidad.
Prevención
Debido a que aún no se conoce una forma de eliminar este virus del cuerpo o neutralizar completamente sus efectos, la forma más efectiva de cuidar a tu gato es evitando que se contagie. Esto se puede conseguir preocupándose de los siguientes factores:
- Castración y esterilización: Como mencionamos anteriormente, el contagio es común en disputas por territorio y hembras en celos. Si tu gato o gata ya no participa del proceso reproductivo estará libre de estas peleas, disminuyendo en gran cantidad sus probabilidades de contraer el virus.
- Evitar traer gatos contagiados a tu hogar: Si ya tienes gatos en tu casa y quieres adoptar a otro, es recomendable que averigües todo lo que puedas sobre el estado de salud de su madre y el suyo. De preferencia hacerle un examen antes de que entre en contacto con tus mininos.
Tratamiento
Si bien no es posible eliminar al virus, tu gato aún puede tener una buena y larga vida. Deberás ayudarlo a combatir las enfermedades secundarias asociadas u otras infecciones que se presentan. Si se detecta a tiempo el VIF se puede realizar un tratamiento para fortalecer defensas. Algunas cosas que puedes hacer mientras encuentras el momento para acudir a un veterinario si sospechas que tu felino está infectado son:
- Alimentarlo con proteínas de calidad. Comprar un buen alimento concentrado o prepara su carne y pescado tu mismo.
- Administrar suplementos de Omegas 3 y 6, además de vitaminas B1, B6 y B12.
- Mantener a tu gato libre de pulgas ya que pueden acarrear enfermedades o producir infecciones.
El VIF es sin duda una enfermedad complicada y el mejor camino para combatirla es prevenir su contagio. Castrar y esterilizar a tus gatos y gatas te ayudará en esta misión, además de prevenir una serie de enfermedades como el cáncer mamario en las hembras. Además está comprobado científicamente que esta operación aumenta las expectativas de vida de las mascotas, siendo una buena alternativa en varios sentidos.