Patricia Honores y Rodrigo Campillay, son un matrimonio "mascotadictos". Ambos veterinarios y con una especial sensibilidad ante los animalitos que necesitan ayuda. Viven en un departamento en La Florida y tienen un perrito que adoptaron de la calle, al que llamaron "Toto". Precisamente, un día, mientras lo paseaban, sintieron un suave maullido...
" Eran como las 9 de la noche. Había un caballero parado fumando, y en sus pies, un bello gatito de aproximadamente un mes. Era macho, blanco con plomo. Le pregunté al caballero si era de él y si se lo pensaba dejar. Me dijo que no"- explica Patricia. Ella sabía que no podía conservarlo, debido a "Toto" que era muy territorial y con una fuerte naturaleza cazadora. Cuando terminó de pasear a su perro, se dio cuenta que el caballero se había ido, pero que el gatito seguía ahí. El pequeño estaba acurrucado bajo una planta, entonces ella y su marido, lo tomaron y lo llevaron a su casa. Ahí, en una cajita, compartía pieza con el papá de Patricia., para que el perro no pudiera alcanzarlo. "Era tan chiquito que lo manteníamos calientito en un calcetín de polar....le preparamos una leche en una mamadera de gatitos que tenía guardada para la ocasión"- explica emocionada Patricia.
"Comenzaron a pasar los días y por supuesto como todo animalito, empezó a empoderarse del lugar, y ya no se mantenía en su cajita, así es que decidimos acondicionarle otra pieza y ponerle muchos juguetes y una caja de arena sanitaria. Le enseñamos a hacer sus necesidades, luego con los días a tomar leche solito y poco a poco a comer"- explica la Veterinaria mientras muestra fotos.
Pronto llegó marzo y todos debían salir a trabajar, pero sabían que no se podía quedar solo en la caza junto a Toto "Tenía que llevarlo conmigo a Viña porque no podía dejarlo solo todo el día, así es que se transformó en un viajero. Le encantaba. Transformamos el auto en su sala de juegos. Llevábamos su comida, su cama y su baño. Se portaba bien, pero era un loquillo mi "Piojito".Viajó varias veces con nosotros a Viña, pero como iba creciendo, se puso más travieso y teníamos que ponerlo en una jaula de trasporte".
A medida que el gatito crecía, también necesitaba más espacio en la casa "Tratábamos de dejarlo recorrer el departamento mientras el Toto salía a pasear, pero se hacía cada vez más riesgoso; así es que tuve que decidir buscar un nuevo hogar para él"- agrega. La búsqueda de este nuevo hogar no era nada fácil, ya que les preocupaba que "Piojito" tuviera un hogar acogedor, donde lo quisieran tanto como ellos.
En esta búsqueda, decidió publicar las fotos por facebook, para que lo vieran sus amigos "Me preocupaba mucho con quién lo dejaría ya que lo quería muchísimo. Un día una amiga me comenta que su vecina había perdido a su gatito hace poco y quería alguien que alegrara su casa. Me demoré varios días en contactarla porque no quería entregarlo...pero cuando me di cuenta de que era lo mejor para él, la llamé, le hice mil preguntas y me di cuenta que era la familia adecuada. Nos pusimos de acuerdo, lo llevé a su casa y para mi sorpresa lo estaban esperando como a un artista . Me despedí, le di un gran beso (aunque ojo...no hay que hacerlo jajaj) y lo dejé con su nueva familia, un matrimonio joven con dos niños. Estaban todos de rodillas en el suelo siguiéndolo....quedé muy feliz".
A pesar que lo echaban mucho de menos, la satisfacción de haberle dado un lindo hogar, con todo el espacio y la dedicación necesarias, los dejaba muy contentos, "Semanas después mantuvimos el contacto con su nueva familia. Me contaban acerca de lo juguetón y travieso que era. Me enviaron fotos de su crecimiento. Su nombre ahora era "Jack".
"Jack" es el regalón en su casa y de vez en cuando le siguen enviando fotos a Patricia y Rodrigo, quienes no sólo lo acogieron esa noche en el parque salvándole la vida, sino que también, se preocuparon de entregarle un hermoso futuro, como fieles representantes de los "mascotadictos".