Patricia Honores es veterinaria y una verdadera amante de los animales y como tal, ha rescatado en varias ocasiones perros y gatos. Incluso, su actual mascota, es un perrito que rescató de la calle.
Hace un tiempo, iba caminando cerca de su casa y ve a un perrito que la miraba muy adolorido y se fijó que estaba cojeando. Como iba apurada a su casa, no se detuvo, pero regresó ese mismo día en la noche a verlo. Cuando se acercó, pudo ver que tenía una lesión en los testículos. Además, estaba lleno de hormigas y tenía tanto dolor, que incluso le costaba tomar agua. Su estado general era muy malo. "Le di dentro de una salchicha, un analgésico, que era lo único que tenía"- explica con tristeza. Luego volvió a su casa, muy triste, porque sabía que no lo podía llevar con ella, ya que "Toto", su perrito rescatado, es muy territorial y no iba a permitir que Coquito estuviera ahí.
Como quedó muy preocupada, se asomaba por la ventana de su departamento, para ver si seguía ahí. Al día siguiente, se acercó a darle comida y pudo ver con horror, que tenía el escroto roto y los testículos expuestos. Entonces, fue a pedirle ayuda a un amigo que también es veterinario y que trabaja en clínica, ya que ella se dedica a la docencia y no contaba con las condiciones ni los materiales suficientes, para poder ayudarlo. "Lo tomé con miedo a que me mordiera debido al dolor, pero lejos de eso, cuando lo puse en el auto, no hizo más que darme besos en las manos y mirarme, como agradeciendo que lo ayudaran"- cuenta Patricia enternecida.
Ya en la clínica, el diagnóstico fue: ruptura escrotal, hernia inguinal y fractura de codo, por lo que lo más probable es que hubiera sido atropellado. Para poder salvar a este valiente perrito, tuvo que ser sometido a 3 cirugías: castración, osteosíntesis y reposición de hernia. Durante su recuperación. Patricia lo visitó varias veces y Coquito siempre la reconoció.
Cuando lo dieron de alta, la Veterinaria ya le había encontrado un lugar temporal con su padre, por lo que lo llevaron a su casa. El papá de Patricia, le construyó una casita y al comienzo estuvo muy bien, pero al pasar los días, sus gatitas (también rescatadas), se comenzaron a estresar "Mi gata de 10 años, desaparece durante todo el día y sólo viene a comer"- explica.
Otro punto que le preocupa, es que su padre no pasa con frecuencia en la casa, por lo que Coquito pasa mucho tiempo solo. Es por eso, que le están buscando un hogar, donde pueda compartir con una familia cariñosa, ojalá con niños, ya que es muy dócil y juguetón (por lo que recomienda que la familia que lo adopte, tenga una casa con patio).
"Se porta muy bien durante los paseos. Sabe pasear con correa. Come pellet, por lo que no hay que prepararle comida especial. Es un sol, un muy buen perro"- nos cuenta.
Coquito está esperando una familia, si estás interesado, debes comunicarte al 97935382, para una entrevista.