Pese a tratarse de una rara enfermedad, es importante reconocer la Demodicosis como una patología que puede aparecer en felinos, generando alopecia en algunas zonas de su cuerpo, además de lesiones y mucha comezón. ¿Por qué se provoca y cómo detenerla? Son algunas respuestas que encontrarás en este artículo.
La Demodicosis felina es una de las afecciones dérmicas más extrañas existentes hoy en día. Si bien, su equivalente en caninos es de lo más común en aparición y tratamientos, que se presente en nuestros gatos es realmente raro. No obstante, es importante saber de qué se trata para informarnos y poder cuidar de nuestra mascota de mejor manera.
Es provocada por la presencia de dos ácaros que habitan en el pelo gatuno. Uno es el Demodex Catis y otro es el Demodex Gatoi, ambos se alimentan del sebo del folículo piloso y suelen transmitirse por contacto directo con la madre felina. El problema suscita cuando, producto de un fallo en el sistema inmunológico del animal, su presencia comienza a generar picazón, heridas y pérdida de cabello, además de infecciones en algunos casos.
Se ha logrado detectar en gatos que han sufrido de otitis ceruminosa y compromete, generalmente, la cabeza y cuello del animal, sin pasar a dañar el resto de su anatomía. Quienes la presentan manifiestan costras y erosiones en la piel, además de alopecia en la zona próxima a las heridas.
Es importante destacar que esta patología no genera dolor ni otro tipo de señales, salvo en los casos en que sí hay infección. Además, se presenta de manera localizada. Su diagnóstico es sencillo de realizar mediante raspaje cutáneo y su estudio microscópico.
Ya comentamos que su causa principal es la baja en las defensas del animal. Esto puede deberse al uso de drogas inmunosupresoras en un tratamiento, producto de enfermedades graves, parasitismo o épocas de celo, asimismo, un largo tratamiento con corticoides u otros medicamentos.
En cuanto a su tratamiento, el médico veterinario depilará el área afectada y tratará la infección con antibióticos locales y bucales. Si no hay úlcera, esto será acompañado de una terapia acaricida. El 90% de los gatos afectados se recupera entre las 6 y 12 semanas.
Otros tratamientos pueden ser enjuagues semanales o quincenales con cal sulfurado complementado con el uso de pomada insecticida.
Imagen CC Asociación Defensa Felina d