Era un día de paseo como cualquier otro, pero finalmente cambió el destino de Alex Hardy y su familia. Alex caminaba por el muelle de la playa de Hendon, en el Reino Unido, junto con su novia Joanne Wardle y su Cocker Spaniel, 'Fudge', cuando el peludo - a través de una grieta - cayó al mar.
El hombre no lo dudó y se lanzó al agua tras el perro, obviando un gran detalle: no sabía nadar. La corriente arrastró de inmediato al animalito y, según cuenta Joanne, Alex se golpeó la cabeza contra la arena al caer, por lo que también fue arrastrado por las olas.
Al ver esto, la mujer rápidamente intentó alcanzar a su novio y a su mascota, sin embargo la corriente le impedía mantenerse cerca. "Alex estaba consciente pero no reaccionaba. Me di cuenta de que la caída lo había dejado incapacitado de alguna manera. Cuando las olas nos separaron de nuevo me percaté de que yo también estaba luchando por mi vida", explicó Joanne.
Fue así como un pescador de la zona, al presenciar la escena, se acercó con su bote para ayudar a la mujer, lanzándole una cuerda. Mientras, Alex y Fudge seguían presos de la corriente, sin posibilidades de salir del agua. "En un momento le dije: ‘No puedo más’. La corriente me estaba moviendo como si fuera una muñeca de trapo", relata Joanne, quien fue rescatada por un equipo de la Asociación Nacional de Salvavidas.
La madre de Alex, Michelle Taylor, aseguró que él "no sabía nadar, pero se metió al agua, porque tenía un gran corazón".
Lamentablemente, Alex no logró salir del agua, pero Fudge, sí pudo escapar de la corriente y llegar a la playa solo. Hoy en casa, cada vez que escucha estacionarse un auto, sigue esperado a su dueño.
Imagen CC Schnauzi