Los cuyes son roedores simpáticos. Son fáciles de tomar y les puedes hacer mucho cariño, porque es muy difícil que muerdan a su dueño. Son limpios, no se enferman fácilmente por eso no hay que vacunarlos, no ocupan mucho espacio y son fáciles de transportar. Todo eso los hace muy queribles como mascotas, pero si tenemos una pareja y la hembra queda preñada ¿qué hacemos? ¿Es tan simple como todo en la vida con los cuyes?
Las cuyes embarazadas no pasan desapercibidas: comienzan a engordar desde el primer día desde la cópula, hasta alcanzar el doble de su peso. Empezarán a tomar mucha agua y necesitarán más vitamina C, por eso deben alimentarse con espinacas, perejil, kiwi, tomate, naranjas, además de su comida normal. El tiempo de gestación dura entre 60 y 70 días. A los 45 días, su abdomen se pondrá más rígido y se podrán percibir los pequeños cuyes al tocarla. Dentro de los roedores, es la especie que da a luz la menor cantidad de crías, que pueden ser entre uno y nueve pequeñitos. Pesarán entre 80 y 120 gramos. Tendrán pelo, dientes y podrán ver y escuchar. La madre los amamantará por un mínimo de veinte días, aunque a los dos o tres ya comerán sólido.
Para que todo funcione normal, debemos tener en cuenta algunos factores que podrían complicar el parto y la sobrevivencia de los cachorros. Las madres primerizas, pueden perder la primera camada, ya sea porque por falta de instinto o inexperiencia no les rompen el saco amniótico y los bebés se ahogan. En ese caso, nosotros tendremos que estar alerta y romper este saco a la altura de la boca, y sacudirlo para que respire.
Si tu cuye es muy joven o muy mayor, se podría estresar y abortar. Incluso podría comerse a sus crías. El canibalismo también se puede dar, si las crías nacen deformes, muertas o si la madre considera que tendrá poco alimento para amamantarlas.
Si han nacido sanos, podrían morir en el caso que la madre sufriera de mastitis, causada por alguna bacteria que provoque inflamación en las glándulas mamarias.
En hembras con sobrepeso se podría presentar una enfermedad llamada toxemia: el útero no recibe el flujo de sangre adecuado, lo cual podría provocar la muerte del feto y también de la madre, ya que esta enfermedad causa inapetencia y debilidad.
Para que tu cuye sea una madre feliz debes mantenerla siempre activa, con una alimentación equilibrada y lejos del macho, cuando sea necesario. A las seis u ocho horas después del parto, la hembra vuelve a estar en celo. Hay que tener cuidado, porque los veterinarios aconsejan que tenga máximo, dos partos al año.