¿Pueden creer que en China un millonario pagó recientemente US$ 2 millones por un perro de raza Mastin Tibetano? Resulta descabellado pero así fue. Es que en la clase alta de dicho país tener uno de estos ejemplares de color rojo, es signo de status, por lo que son muy cotizados. Tanto así que incluso, los están prefiriendo por sobre autos lujosos o joyas caras, es por eso que hoy en día se le conoce como el “perro de oro”.
El Mastin Tibetano, que se caracteriza por su inteligencia y buena memoria, es una de las razas más antiguas del mundo. Arístoteles y Marco Polo, ya lo mencionaban en sus escritos. Éste, Proviene originalmente del Asia Central, donde se le cría como perro de guardia y defensa. Algunas leyendas dicen que profetas como Buda o Gengis Khan tuvieron uno.
Si bien en esas latitudes este animal es un tanto agresivo, con su inserción en el mundo occidental se le ha suavizado bastante su carácter. Uno de los primeros ejemplares en llegar a Europa, fue dado como regalo a la Reina Victoria en 1847, por Lord Harding (Virrey de las Indias).
Pese a lo anterior su esencia es ser independiente, distante, sin demostrar sus intenciones y desconfiado, tanto así, que se dice que gracias a unas manchas que poseen sobre los ojos, pueden predecir situaciones peligrosas. Todos estos rasgos lo hacen ser un excelente perro guardián, sobre todo considerando que es muy apegado a su familia, a la que cuida con mucho recelo, pudiendo incluso, llegar a morder a quien considera que amenaza su entorno.
Sin embargo, este perro puede llegar a ser una muy buena mascota, aunque no es adecuada para convivir con niños. Se recomienda llevarlo a clases de obediencia desde cachorro, además de hacerlo sociabilizar con personas y otros perros, sacándolo a parques, a paseos o a cualquier otro lugar donde se pueda rodear de ambos.
Su contextura física es fuerte con espalda recta, musculosa y pecho moderadamente alto. Su cabeza es ancha y pesada, los adultos pueden presentar una arruga que se inicia desde la parte superior de los ojos hasta la comisura de los labios. Su pelaje es duro y tupido, con una capa externa de largo medio. En cuanto al color, este debe ser negro o azul intenso (con o sin manchas), dorado o rojo profundo. En tanto, las orejas son de tamaño mediano, triangulares, cuelgan y están ubicadas entre la parte superior del cráneo y los ojos.
Como pueden ver el Mastin Tibetano no es cualquier perro, aunque para ser sincera, si yo fuera la millonaria y tuviera US$ 2 millones en el bolsillo preferiría gastarlos en ayudar a los cientos de perros vagos que hay en las calles.
Y ustedes si fueran ricos, ¿se comprarían una de estas joyitas?
Foto CC vía mastino0100