La verdad es que en muchas ocasiones ver que un perro se persiga la cola puede generar gracia y carcajadas. Es bastante simpático verlos jugar y dar vueltas para perseguirse a sí mismos, y es cierto que es una conducta muy común en los cachorros pero, fuera de bromas, cuando este juego se vuelve algo obsesivo da para preocuparse.
Pero vamos por parte, existen varias razones por las cuales nuestro perro puede tener este comportamiento. La primera opción es que estén aburridos y quieran buscar otra forma de diversión, también hay algunos que piensan que como el cachorro fue separado de sus padres y hermanos tiene que encontrar la forma de entretenerse consigo mismo y los hace dando vueltas para agarrarse la cola; o, simplemente tiene algo que le molesta en su cola y quiere arrancarlo.
Y si este comportamiento le causa gracia al dueño, el perro lo notará y es probable que lo realice cada vez que quiera llamar su atención, si lo ve reír, lo continuará haciendo (igual que los niños haciendo travesuras). Pero ojo, acá también podemos hablar de un trastorno obsesivo compulsivo, sí los conocidos TOC también atacan a nuestros animales.
Hace algún tiempo, expertos de la Universidad de Helsinki, Finlandia, realizaron un estudio donde indicaron que la obsesión de los perros por perseguir su cola puede deberse a factores ambientales, alimenticios, traumas o genética, y puede ser definida como una enfermedad mental.
De este modo, los perritos más propensos a tener este TOC son los que tienen un comportamiento más tímido o le tienen miedo a ruidos fuertes.
¿Cuándo hay que tener ojo? Si vemos que este comportamiento se repite demasiadas veces al día o que nuestro perro llega a perder pelo y en su desesperación se realiza heridas con sus dientes.
Pero no nos preocupemos que esto puede tener cura. Lo principal es prestar atención a este comportamiento y si vemos que se pone medio raro, lo mejor es llevar a nuestro perro al veterinario para consultar pasos a seguir. Puede que un buen tratamiento psicológico y un cambio en la alimentación sean suficientes para ayudar a nuestro can.
Y, lo más importante, es no dejar de lado a nuestra mascota, quizás lo único que quiere es que le prestemos más atención e interactuemos más con él o ella. Así que antes de pensar en cualquier enfermedad, veamos cómo nos estamos comportando como amos y ¡juguemos!
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