Los secuestros en México ahora no solamente afectan a las personas. Durante los últimos años se ha cuadriplicado el número de perros secuestrados. Se calcula que piden por ellos hasta siete veces su valor. “Hay diferentes formas de robarlos: Abren la puerta para robarse a los perros y si son rejas, los jalan. A veces, cuando la familia se encuentra cerca de un parque y los sacan a pasear, comúnmente se los roban a mano armada, simplemente se los arrebatan. Hay muchas formas de robarse a los perros, incluso hasta por secuestro”, cuenta Kitty Belén, de la organización Protectores Independientes por la Defensa Animal. Una vez que los perros son robados, los secuestradores exigen grandes sumas de dinero para devolverlos. Incuso capturan perros que no son de raza ya que se apela al cariño y apego emocional que los dueños sienten por sus mascotas.
Por otro lado, muchas veces la policía no toma en serio estos casos, porque están ocupados con la investigación de los secuestros de personas.
En otros partes del mundo también se ha incurrido en esta práctica. En Nueva York, especialmente durante la crisis de hace unos años atrás, se recurrió al secuestro de perros de gente adinerada.
Según la organización American Kennel Club, los secuestros de canes superaron los 200 a comienzos de 2009. “Los criminales siempre buscan explotar las oportunidades por falta de atención o de seguridad, y nuestros perros son ahora el objetivo”, advirtieron.
Los montos del rescate se calculan según el barrio donde viva el dueño. "Si han robado el perro en un barrio rico, como el Upper West Side, en Manhattan, saben que pueden pedir miles de dólares. Lo normal es que no pidan menos de mil", dice Jay Jacovitz de la organización Call of the Dogs. Pueden pedir hasta 10 mil dólares por los rescates.
Si bien en Chile no se conocen casos de secuestros, sí se han reportado varios robos de perros de raza, en el sector oriente de Santiago. Los dueños han llegado a ofrecer hasta $500 mil pesos de recompensa.
"Los casos que hemos visto aquí generalmente han sido con perros chicos y es por el modus operandi del transporte, porque estos perros no se los roban de las casas, sino generalmente cuando los sacan a pasear a las calles, a las plazas. Entonces, (los ladrones) tienen que transportarlos en bicicletas, motos o en vehículos y a un perro grande no lo pueden meter a un auto", explica Pedro Valdivia, encargado de seguridad de la municipalidad de Vitacura.
Ante esta lamentable situación, se recomienda la inserción de un microchip del porte de un grano de arroz, el cual contiene toda la información del can. Además de otros consejos de sentido común: "Si nunca dejarían a su hijo encerrado en el coche o atado a un parquímetro mientras compran café en Starbucks, ¿por qué dejan a su perro?", se pregunta Jacobs.