Nuestras mascotas siempre nos dan más de una alegría. Incluso a veces son los consentidos de la casa. Sin embargo, esto mismo hace que sus dueños confundan la delgada línea entre regalonear a un perrito y el dejar que haga lo que quiera.
Cuando son cachorros, es una gracia que tome los zapatos o destruya lo que encuentre a su paso. El problema, es que con el tiempo van haciendo de esta conducta un hábito y se transforman en unos completos mañosos. Pero no hay que desesperarse, porque con unas cuantas nuevas reglas el pequeño comenzará a obedecer.
Primero, para no criar a un completo revoltoso hay que comenzar a enseñarle cuando es cachorro. Desde que vaya al baño en un lugar determinado hasta que se alimente a ciertas horas. Lo importante es que el can se adapte a la vida en su nuevo hogar y también a estas reglas.
En el caso de que ya esté más grande y cada vez desobedezca más, hay que comenzar con los castigos. Ojo, estos nunca deben ser físicos, por lo que jamás debes pegarles o tratarlos mal. Si no se porta bien toma un diario y golpea el suelo para que note tu enojo. También, no le hagas cariño por un tiempo y prívalo de algunos beneficios. Por ejemplo, si siempre lo dejas dormir en tu cama, por una noche colócalo en la suya.
Uno de los puntos clave de por qué tu amigo de cuatro patas se puede volver algo odioso es simplemente por el estrés. Quizás ha estado mucho tiempo encerrado entre cuatro paredes. Por eso, no le haría nada de mal que establecieras una rutina diaria donde ambos salgan a caminar, por lo menos unos veinte minutos o media hora diaria. Con esto, vas a ver como su conducta cambia radicalmente.
También, puede ser que el pequeño ande alborotado porque no tiene con qué jugar, especialmente si rompe tus calcetines o mastica todo lo que encuentre a su paso. Para solucionarlo debes cómprale los típicos juguetes para canes que venden en todas partes. Tal vez, simplemente necesita usar un poco sus dientes. Recuerda que estos objetos de plástico son baratos y los puedes obtener tanto en supermercados como en tiendas de mascotas.
Si tu lindo amigo ha dejado de obedecerte en todas tus órdenes, es hora de que cambies tú. Puede ser que estás siendo muy blando y él te haya perdido el respeto. Por eso, cuando haga una de sus gracias enójate y toma las riendas del asunto. No aflojes cuando el muestre cara de arrepentido.
Ser mañoso no significa sólo ser rebelde, también puede relacionarse con la alimentación. En el caso de que tu cachorro deje de comer las mismas cantidades de antes, cambia la marca que usualmente le compras. Puede ser que esté aburrido de ingerir siempre lo mismo. Si lo sigue haciendo, consulta a un veterinario.
Recuerda que hay muchas formas de que tu amigo leal se vuelva de un día para otro un mañoso. Lo importante es detectar su causa, ya que siempre hay una, y mejorarla de la mejor manera posible.
Y tú, ¿tienes un perro mañoso?
Perros mañosos: ¿Cómo educarlos?
Publicado
por
Janine Aravena
Texto y foto por Cristina Durán