Debe vivir en una de las casas más custodiadas del mundo, y definitivamente su dueño es uno de los políticos más famosos de la historia reciente. Se trata de Bo, la mascota adoptada por los Obama, cuya historia volvió a ser recordada por los medios de comunicación, a causa del segundo juramento de Barack Obama como presidente de Estados Unidos.
Bo es un perro de aguas portugués que ya lleva cuatro años viviendo en la Casa Blanca, y junto a su reelecto amo, lo seguirá haciendo por otros cuatro más. Fue durante su discurso de agradecimiento, luego de haber ganado la presidencia el 4 de noviembre de 2008, cuando Obama prometió a sus hijas que podrían tener un perro en el palacio gubernamental, lugar hasta donde llegan a vivir los mandatarios del país del norte.
Pero no todo fue tan fácil para Sasha y Malia Obama, ya que la segunda, en ese entonces de 10 años, es alérgica. Así, el elegido debía ser un animal “hipoalergénico”, como los labradoodle, una de las razas que se barajaban entre las opciones.
Finalmente, luego de que embajadas, refugios de perros y personas particulares sugirieran posibles candidatos, Bo llegó como un regalo del senador demócrata Edward Kennedy. El legislador, fallecido el año 2009, tenía canes de la misma raza. Los perros de agua portugueses se caracterizan por desprender poco pelo.
"No podríamos estar más felices de ver la alegría que ‘Bo’ está llevando a Malia y a Sasha. Amamos a nuestros perros portugueses de aguas y sabemos que las niñas y sus padres lo harán también", señalaron los Kennedy en un comunicado.
Sin embargo, antes de ser presentado públicamente, Bo visitó en secreto y de sorpresa la Casa Blanca para así permitir que las niñas lo conocieran. Pero también fue puesto a prueba durante la ocasión. El cachorro supo responder cuando le ordenaron sentarse y levantarse, no mordió la alfombra ni hizo nada inapropiado, y siguió a Obama de forma obediente. Así demostró haber aprendido las lecciones que le habían dado los adiestradores caninos del senador Kennedy
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Pero fue recién en abril de 2009 cuando se difundió la primera fotografía de la mascota. En la imagen lucía un collar hawaiano, haciendo alusión a los orígenes de su nuevo dueño. Su debut público sería tan solo dos días después, el 14 de abril.
En ese momento, hasta César Millán, el “Encantador de Perros”, se refirió al nuevo integrante de la familia presidencial. "El mejor consejo que le puedo dar a la familia Obama es que nunca trabajen en contra de la Madre Naturaleza. Completen las necesidades genéticas de su perro, ejercicio, disciplina y cariño en ese orden y tendrán los fundamentos para una relación equilibrada", aconsejó Millán.
Por su parte, la Sociedad Americana de Veterinarios de Comportamiento Animal puso énfasis en los primeros cien días. "Será importante que se le presenten paulatinamente las cosas que le puedan asustar, como los helicópteros, las multitudes y los reporteros con micrófonos y se asocien con algo bueno", afirmaron desde la organización.
Al parecer Bo logró acostumbrarse a los helicópteros, multitudes y reporteros, ya que desde su adopción, se le ha visto paseando por los jardines de la casa presidencial o acompañando a la popular familia en sus vacaciones. También tuvo gran protagonismo durante la Navidad pasada.
El nombre escogido por los Obama se debe a dos razones. Una de ellas es un gato del mismo nombre, perteneciente a unos primos de las niñas. Por otro lado, al fallecido abuelo materno le apodaban Didley, al igual que Bo Didley, cantante de rock estadounidense que murió el 2008.
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Agustina