Llegó a mí de sorpresa. Hace unos meses estaba en un cumpleaños familiar cuando suena mi celular, era una amiga (que rara vez me llama), obvio le contesté y paf! buscaba hogar para él, un poodle mediano blanco, hijo de uno de sus perros, que en ese entonces tenía apenas un mes. Claramente me llamó porque sabía que no podría negarme, pero había que preguntar si podíamos mantener otra mascota, aunque por cariño no nos quedábamos. Para buena suerte de ella, mía y de Charles –el poodle en cuestión- todo salió bien.
Sin embargo, ese mismo día familiares me preguntaron “¿estás segura? porque vi en la televisión que los poodles eran agresivos, celosos y muy complicados, ya que sufren de muchas enfermedades”. Me dio igual y lo adopté de todos modos, no obstante me quedaron dando vueltas esas palabras en la cabeza.
Les cuento que los poodles son perros de casa, es decir, de compañía. Son fieles, inteligentes, tiernos y extremadamente defensores, pues te cuidan y regalonean, pero tienen su carácter. Charles es así, pero nunca había conocido a un perro tan revoltoso y juguetón como él, creí que con el tiempo se calmaría un poco, pero cada vez tiene más energías.
Cuando tienes un perro obviamente lo cuidas, le das amor y juegas con el. Y es ahí precisamente donde está el riesgo de cruzar la delgada línea entre el juego y la agresión, que las mascotas pueden percibir como una amenaza, a la cual claramente responderán defendiéndose. Es por esto que también debes preocuparte de educarlo y no malcriarlo, pues si lo haces, después no te obedecerá y tendrá una conducta dominante y violenta muy difícil de revertir.
Como sabemos, los perros también sienten. Sin embargo, a pesar de todo el amor que algunos amos les dan, no sólo sienten lo bueno, sino que también lo “malo”. Es así entonces, como emociones como los celos, el miedo y la envidia se hacen presentes en nuestros pequeños amigos, modificando su comportamiento y relaciones con los demás integrantes del hogar y otros perros.
Todo lo anterior respondió a lo que me comentaron al momento de adoptarlo. Si no sabes tratar a tu amigo fiel, creerás que todos sus actos de defensa lo hace porque es agresivo y un “perro pesado”, pero no. Ellos responden a tus conductas y al ambiente donde es criado.
En cuanto a las enfermedades, los poodles son una raza delicada. Charles responde mal hasta a las vacunas que le corresponden cada ciertos meses. Las enfermedades que pueden afectar a esta raza son: adenitis sebácea, atrofia progresiva de retina, epilepsia, triquiasis, cataratas, glaucoma y distiquiasis, diabetes y enfermedades cardiacas. Todo dependerá también de la edad que tenga.
Sumado a dichas preocupaciones y cuidados que debemos guardar con nuestros perros es necesario tener en cuenta que éstas podrían darse como herencia, por lo que es preciso conocer la procedencia y antecedentes de nuestro perrito.
Cabe destacar que esta raza al ser juguetona anda por todas partes de la casa, por lo que deben tener cuidado con lo que haya en el suelo, ya que todo lo muerden y pueden tragarlo, lo que podría causarles problemas estomacales graves.
Por lo tanto todo radica en cómo le enseñes y te relaciones con tu mascota. ¡Con Charles nos entendemos muy bien!
Y tú, ¿cómo te relacionas con tu perro?
Poodles agresivos y enfermizos ¿mito o realidad?
Publicado
por
Fernanda Morales Guerrero