Nuestros animales son tan lindos, que parece increíble pensar que muchas personas puedan tenerle fobia a algunos de ellos; pero ocurre. Para que tengan una estimación, en nuestra actualidad el ocho por ciento de los niños y el dos por ciento de los adultos, padece algún tipo de miedo incontrolable hacia algún insecto, pájaro o, incluso, perros o gatos.
Los síntomas son claros e inconfundibles: terror incontrolable a acercarse a dicho animal, sudor, miedo de ser atacados (aunque sea un pequeño insecto), sentimiento de angustia y, muchas veces, llanto. A estas sensaciones, también se le agrega la desagradable vergüenza y humillación que sentimos, producto de burlas y mofas de personas que no entienden nuestra reacción.
El miedo parece ser absolutamente incontrolable y va mucho más allá de la racionalidad de cada individuo. Un ejemplo de esto, se los entrego desde mi propia experiencia: desde pequeña, siento un miedo irrefrenable hacia las polillas. El sólo sentir la presencia de una de ellas en un espacio en el que me encuentro, me hace perder toda comodidad y no estoy tranquila hasta que alguien logra sacarla.
Pese a que soy una persona inteligente y logro darme cuenta que una polilla (tanto por su tamaño, como por sus capacidades) jamás podría hacerme algo, en donde pudiese salir lastimada, en aquel momento mi cerebro se bloquea y no logro ser racional, sintiendo un miedo incoherente y que parece imposible de superar.
Es por esta razón que muchas personas recurren a psicólogos y psiquiatras, en busca de terapias que logren superar dichas fobias, ya que para muchos puede transformarse en una situación completamente incómoda y, en varios casos, un gran problema en la vida diaria.
Según especialistas, las fobias suelen tener su origen en nuestra infancia, y de no obtener un tratamiento psicológico adecuado y en el momento oportuno, es probable que esta molesta condición nos acompañe toda la vida.
Las fobias más recurrentes son:
Aracnofobia: esta es la más común de todas. Por muy pequeña e indefensa que parezca una araña, las personas que la sufren no son capaces de estar en el mismo lugar en la que hay una de ellas, o incluso, una telaraña. El terror aumenta si ésta se encuentra en movimiento y muchas veces no pueden verlas ni en televisión ni en fotografías.
Ornithofobia: este es el miedo a pájaros y aunque parezca poco común, en nuestro país se da en muchas personas, por la gran cantidad de palomas existentes. Las personas con esta fobia suelen evitar parques o lugares al aire libre, en donde anticipen que pueden encontrar a uno de estos “animalitos”.
Fobia a perros y gatos: en estos casos, casi siempre la fobia tiene su base en algún acontecimiento traumático vivido con alguno de estos “animalitos”, como mordiscos o arañazos, especialmente en épocas infantiles.
Insectofobia: este tipo de miedo también es muy típico. La persona no puede ver a las avispas, cucarachas, baratas, etc.
Si después de leer este informe, te sentiste identificado con alguna de las fobias y sientes que esta situación está incomodando mayormente tu vida diaria, no dudes en consultar a algún especialista, ya que con un debido tratamiento, el cien por ciento de estos miedos puede ser erradicado de raíz.
Y tú, ¿Has sentido alguna fobia? ¿Conoces a alguien que la tenga?
Fobias a los animales: Un miedo incontrolable
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Mascotadictos