Probablemente has acariciado un perro alguna vez en tu vida: unas suaves palmaditas en su cabeza o desordenar el pelo de su cuerpo, son algunas de las reacciones más comunes de los dog lovers. No obstante, ¿alguna vez te has preguntado si lo estás haciendo de la forma correcta?
Gaspar Romo, un médico veterinario especialista en etología clínica (comportamiento animal) y presidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, cuenta que efectivamente existe una forma correcta para hacerle cariño a un canino y lo primero que debes considerar si es un perro desconocido o conocido.
Cuando se trata de un perrito extraño, Gaspar recomienda preguntarle a su dueño si puedes hacerlo o no. "Muchos accidentes ocurren por acariciar perros desconocidos, quienes al sentirse invadidos reaccionan de manera agresiva. Su amo suele tener esos antecedentes y, por lo mismo, es mejor consultarle", detalla.
En caso que el dueño lo permita, el veterinario señala que debes acercarte de costado, caminando de manera relajada y luego agacharte -a cierta distancia- frente al perro. "Cuando nos inclinamos disminuimos nuestro tamaño corporal y lucimos menos amenazantes para él", explica.
"Lo ideal es permitir que sea el perro quien inicie el contacto", recomienda y explica que esto puede lograrse estirando el brazo lentamente con la mano empuñada para que él pueda olernos.
Tomando en cuenta lo anterior (que debe considerarse siempre que el perro sea extraño), Gaspar Romo señala que para todos los perros se debe continuar el siguiente procedimiento: "Cuando el perro se muestra relajado, lo recomendable es deslizar la mano de manera suave por el costado de la cabeza, el cuello, el pecho y hombros. Dependiendo del canino, algunos tienen otras zonas favoritas para recibir caricias, como puede ser el mentón o la base de la cola", detalla.
Gaspar señala que se debe evitar acariciar las patas, las orejas, el hocico y la cola; como también acariciar en contra del sentido del pelo del perro, puesto que les genera incomodidad.
A lo anterior, el etólogo agrega cinco acciones que se deben evitar en todos los casos y pueden culminar en situaciones incómodas o accidentes.
- Acariciar dando palmadas en la parte superior de la cabeza (sobre todo con perros desconocidos). Esto puede hacerlos sentirse invadidos o restringidos, generando cierta incomodidad que, en el peor de los casos, puede llevar a agresión.
- Inclinarse sobre el perro. Lo anterior puede hacerlo sentirse intimidado.
- Restringirlo tomando la cabeza o el cuerpo con ambas manos. Gaspar señala que esto puede generar cierta aprensión que termine en una manifestación agresiva.
- Abrazarlo. Si bien muchos perros lo toleran y algunos incluso lo disfrutan, señala el etólogo, abrazar a un perro puede tener las mismas consecuencias enunciadas en el punto anterior. Jamás debiese hacerse con un perro desconocido.
- Mirarlo de manera sostenida a los ojos. Este tipo de contacto puede resultar muy invasivo y generar incomodidad y una posible respuesta agresiva.
Finalmente es importante destacar que a un perro debe tratarse con cariño y jamás mostrar una actitud desafiante ante él y, en ningún caso, agredirlo o maltratarlo.