Los perros son mucho mas perceptivos de lo que la gente piensa, y son sumamente valientes cuando de defender a su manada se trata. Por si no lo saben, su familia, sea humana o animal, es su manada, y si no me creen, les contaré la historia de los perritos de un amigo muy cercano, que defendieron a su familia de un asalto.
Mi amigo tenía dos perros doberman, Mike y Rambo, y vivía junto a su familia en las afueras de Santiago, en un lugar más bien retirado. Los perritos eran sumamente dóciles, jamás les cortaron la cola ni las orejas, como muchos inescrupulosos suelen hacer con los perros de esa raza, para simular fiereza. Claramente no los tenían para cuidar la casa, sino como compañeros, como parte de la familia. Pasó que una tarde de fin de semana la mamá de mi amigo se encontraba sola en la casa, cuando de pronto sintió ruidos extraños afuera, los perros ladraban mucho y temió lo peor: efectivamente, dos tipos jóvenes se habían metido al jardín y estaban tratando de forzar la puerta de entrada. Pero los perros sintieron que ellos no eran bienvenidos en esa casa, y que sus intenciones no eran buenas, por lo que les ladraron con furia tratando de ahuyentarlos. Como vieron que no se detenían, los perros los mordieron en las piernas, (esto lo supo la mamá de mi amigo porque escuchaba los gritos de los dos tipos) y uno de los ladrones, para defenderse, le clavó algo filoso en el cuello a Mike, quien cayó tumbado al suelo. Sin embargo, Rambo siguió atacando y mordiéndolos, y no tuvieron más remedio que salir corriendo. La mamá de mi amigo estaba aterrada, sujetaba la puerta de entrada mientras trataba de llamar a carabineros, y cuando por fin se dio cuenta que los ladrones habían huido, abrió la puerta y encontró a uno de sus valientes perritos agonizando en la entrada.
Mike murió casi inmediatamente, y fue una tristeza para todos darse cuenta que el había defendido hasta la muerte a su casa y a "su mamá". Pero aunque no lo crean, uno de los más afectados era Rambo, a quien comenzaron a notar muy desanimado y falto de apetito. Para compensar su trauma y su tristeza, adoptaron una perrita abandonada a la que bautizaron Blondie, con quien Rambo pronto creó lazos y pudo recuperar su carácter alegre y amistoso. Mi amigo y su familia aún no se recuperan del todo de este trauma, pero agradecen profundamente la lealtad de sus perritos, que estuvieron dispuestos a todo con tal de protegerlos.