Los labradores son una de las razas de perros más inteligentes y más dóciles, pero también tienen una mayor tendencia a sufrir de obesidad, ya que tiene un apetito voraz que los tiene con permanente apetito.
Un estudio publicado por el Cell Metabolism, apunta a que esta raza de simpáticos perros tienen una variante genética que explica su amor incondicional por los alimentos que sus dueños les dan, ya sea comida casera o el alimenta especial para ellos.
Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, analizaron la raza e identificaron una variación genética que se asocia directamente con su apetito, lo que explica de por qué estos perros están más propensos a sufrir de obesidad, en comparación a otros tipos de la misma especie.
La muestra consideró a 310 perros labradores, de los cuales eran mascotas, perros lazarillos o de asistencia en labores de rescate, para así hacer un comparación y poder llegar a encontrar la variante de tres genes diferentes que se relacionan directamente con la obesidad. Uno de ellos es el conocido POMC, el que estaba "fuertemente relacionada con el peso, la obesidad y el apetito en los labradores y en los retrievers de pelo liso", según comentaron los investigadores.
Los responsables de la investigación publicada en Cell Metabolism creen que una de cada cuatro labradores tiene al menos una copia de la variante que los hace más cercanos a tener problemas de sobrepeso, lo que afecta directamente su tamaño.
"Se trata de una variante genética común en los labradores y tiene un efecto significativo en los perros que la tienen, por lo que es probable que esto ayude a explicar por qué los labradores son más propensos al sobrepeso que otras razas", comentó en la publicación Eleanor Raffan, la principal autora de la investigación.
Los labradores son animales dóciles y fáciles de entrenar, ya que al usar un alimento como premio cada vez que el perro aprende un truco nuevo, los motiva más a trabajar para poder llevarse una rica golosina a la boca. Sin embargo esta es un arma de doble filo, ya que por un lado está potenciando el aprendizaje y entrenamiento, mientras que por otro están fomentando la gula en el perro.