El pez de cabeza transparente o también conocido como pez ojos de barril, habita las profundidades del Noreste del Océano Pacífico. Su nombre científico es Macropinna microstoma y a pesar de que se conocía desde 1939, fue fotografiado vivo por primera vez en 2004.
Su cabeza transparente está llena de líquido y alberga a sus grandes ojos con forma de barril, que pueden rotar hacia adelante y hacia arriba. Se cree que el pigmento verde del lente de sus ojos sirve para filtrar la luz del sol proveniente de la superficie marina, para diferenciarla de aquella luz que emiten algunas medusas y otras criaturas acuáticas.
Su boca es muy pequeña, lo que sugiere que es muy selectivo cazando presas pequeñas; tiene grandes aletas planas que le permiten permanecer flotando quieto y moverse con gran precisión; sus órganos olfatorios se ubican sobre su boca y su cuerpo está cubierto por grandes escamas.
El tamaño promedio de los especímenes encontrados es de 15 centímetros, pero los más grandes alcanzan hasta 44 centímetros..
Este video fue grabado por un vehículo controlado a larga distancia en la costa de California Central.
Su estilo de vida es solitario y permanecen la mayoría del tiempo flotando a profundidades de entre 600 y 800 metros con sus ojos enfocados hacia arriba.
Autopsias de su abdomen han revelado que se alimenta de diferentes tipos de medusas, crustáceos, peces pequeños y nematocistos. Detecta a sus presas por sus siluetas y una vez que las localiza, rota sus ojos rápidamente hacia el frente para no perderlas de vista.
Los sifonóforos son una especie de medusa que comparte el hábitat con estos peces. Alcanzan hasta de 10 metros de longitud y poseen una enorme cantidad de tentáculos urticantes entre los que atrapan a pequeños crustáceos y otros animales. Los científicos creen que el pez ojos de barril se beneficia de esto y roba cuidadosamente las presas de los sifonóforos, evitando dañar sus ojos gracias al escudo transparente de su cabeza.
No existe mayor información sobre este pez porque es muy difícil llegar a las profundidades en las que vive. Sin embargo, la teoría más aceptada sobre su aspecto es que la especie se fue adaptando con el tiempo para poder tolerar las condiciones de oscuridad extrema de su hábitat, al igual que muchos otras criaturas del fondo del mar.