A nuestros queridos mejores amigos, los perros, los vemos como muchas cosas: compañeros, confidentes, salvavidas (tanto del cuerpo como del alma), peluches, la cosa más linda del mundo. En fin, un montón de facetas que se nos hace difícil enumerar. Y si bien muchos sabemos que ellos son realmente los jefes de la fiesta, en Cormorant, Minnesota, se lo tomaron muy en serio y nombraron a un perro como el alcalde.
Si bien los perros pueden tener un montón de profesiones (de hecho, según Dogguide.net los perros pueden cumplir al menos 20 profesiones que pueden ir desde perro guardián, lazarillo hasta simple compañía) muchos de nosotros no podíamos imaginar a un perrito en una posición con tanto prestigio. Pero en Minnesota, si lo pensaron.
Según nos comenta el huffingtonpost.com , en agosto del 2014, Duke, un perro raza Gran Pirineo, fue electo el alcalde de Cormorant ,un pequeño pueblo de Minnesota. Realmente pequeño, debemos acotar, porque según señala la publicación, sus 12 residentes pagaron un dólar cada uno para emitir su voto y eso fue suficiente para que Duke ganara la elección. Lo más cumbre de la historia es que el perrito ganó por mucho a su competidor humano. "El pobre Richard Sherbrook, dueño de la tienda del pueblo no obtuvo ni la mitad de los votos", comento una residente a las noticias locales.
Además, este es un alcalde con hambre pero no de poder: su salario sería un año completo de croquetas perrunas, donadas por una tienda local.
Y sin ánimos de desestimar la moral y orden de Duke, este no es la primera vez que vemos a animales como grandes protagonistas (mas allá de la pantalla de TV). En Talkeetna, Alaska, desde hace 17 años tienen al gato Stubbs como Alcalde Honorario. Stubbs tomó el cargo desde que nació. Este gato además de longevo, es todo un personaje. No sólo ha figurado en el mundo político sino que también sobrevivió un intento de asesinato perpetrado por un perro en el 2013.
Tener a este felino como alcalde lo entendemos completamente, si bien no todo el mundo ama a los gatos, a ellos les importa muy poco tus sentimientos y saben que son de verdad los amos y maestros. Tienen el alma despiadada de cualquier político, pero sin una pizca de diplomacia.
Esperamos que a nombre del perro le vaya de lujo en su oficina, y quien sabe, si vamos a elegir a animales para que nos gobiernen, ¡al menos que sean así de bonitos!
Vía: Huffington Post