Jacky, un labrador de 10 años, hoy es un perro sano y feliz, aunque siendo cachorro vivió una historia bastante particular.
Tal cual gato, Jacky fue rescatado de un árbol. ¡Si, tal y como lo lees!
A la edad de 1 año, a la vida de este perrito llego un gato pequeño quien, ágil como todos los felinos, gustaba de saltar y correr por los techos, murallas, muebles y por supuesto, el gran árbol que estaba en el patio trasero de su casa. Jacky siempre jugaba junto a él, sin embargo ese árbol era lo que lo detenía de seguirlo a donde fuera.
Un día, y aún no comprendo del todo como ocurrió, Jacky subió al árbol y no pudo bajar.
Lamentablemente nos dimos cuenta a las horas, ya que éste esperó pacientemente sin emitir sonido, hasta que no pudo más, y empezó a desesperarse, quejándose y ladrando para pedir ayuda.
El gato había bajado hacia harto rato, pero Jacky estaba atrapado en la copa, y con serias posibilidades de caer si las ramas llegaban a quebrarse. Además, al no tener el equilibrio propio de los gatos, la situación se veía complicada y peligrosa para nuestra mascota.
Intentamos rescatarlo con una escalera, sin embargo, ésta no alcanzaba hacia donde se encontraba el cachorro, por lo que no nos quedó otra opción que recurrir a bomberos.
¡Qué situación más descabellada, deben haber pensado! Por suerte, fueron muy amables y accedieron a ayudarnos, bajándolo con una escalera especial. Jacky no hizo problema en el procedimiento y feliz tocó suelo, moviendo su colita en señal de alivio.
Jacky aprendió su lección, ¡Nunca más volvió a intentar convertirse en felino!