Tara es el nombre de mi hermosa Pit Bull que actualmente tiene 10 años de edad, y es mi perra heroína. Por supuesto, en algún momento fue una vivaz y enloquecida cachorra que disfrutaba mucho mientras jugaba y hacía de las suyas. Hace ya varios años, ocurrió una situación frente a mis ojos que me llamó la atención en ese entonces, inclusive hasta hoy.
El amor por lo perros me ha hecho vivir rodeada de ellos toda mi vida, y una vez que recibimos a Tara en nuestra casa, de inmediato surgió la necesidad de criarla desde cachorra junto a otros perros, para mejorar sus relaciones y así desmitificar que estos perros odian a otros de su tipo. Frente a esta situación, mi elección fue un Poodle Toy negro, de 2,5 kilos, llamado Lukas. Ellos crecieron juntos, de hecho tienen la misma edad y por increíble que parezca, Lukas siempre dominó la relación.
Es así, como un día cualquiera, estaban mis perros en el antejardín de la casa. Lukas, como todo perro de pequeño tamaño, es muy bueno para ladrar y siempre anda buscando líos con otros perros mucho más grandes que él. En esa oportunidad, Lukas estaba ladrando a un par de perros muy cerca de la reja y Tara, como siempre echada tomando sol (ella ama hacer eso). Todo muy normal, pero en un segundo casi imperceptible, un perro que iba pasando por fuera de la casa, agarró de una de las patas a Lukas, con la idea de arrastrarlo hacia afuera y me imagino que para pegarle, pero antes de que yo alcanzara a reaccionar, Tara ya estaba defendiéndolo y logró que el otro perro soltara a Lukas. Sólo con su imponente presencia y fuerte ladrido, correteó al otro perro logrando que se fuera.
Yo quedé impresionada por dos cosas:
- La reacción de Tara natural e instintiva de rescatar a su amigo, que si bien son diametralmente opuestos, tanto en carácter como en tamaño, son parte de una manada y hasta el día de hoy, lo sigue protegiendo. Mi opinión en ese momento fue pensar que Tara era mi perra heroína, ya que le salvó la vida a un ruidoso pero inofensivo perrito que no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir a un ataque de ese tipo.
- Tara, por sus características, es una perra de tamaño medio, de unos 30 kilos, que presenta una gran musculatura y por ende, se caracteriza por ser muy fuerte. Por esto, mi primera reacción frente al episodio, fue pensar que se iba a arrancar y perseguir al otro perro hasta pelear con él, lo que habría tenido complicadas consecuencias (por supuesto yo no quería eso); y sorprendentemente no fue lo que hizo. Simplemente lo asustó para que no le quedaran ganas de regresar.
Ninguno de los perros involucrados sufrió daños. Y yo comprendí que ellos también se necesitan y se quieren, que sociabilizan entre ellos, a su manera quizás, demostrando una vez más la excelente calidad que hay en los animales. Sólo debemos detenernos a observar.
Por esto, y muchas cosas más, Tara es mi heroína.