A pesar de que existen distintas teorías acerca del origen de los Clumber Spaniel, la más probable es que estos hermosos perros tienen su origen en el Parque de Clumber, en Inglaterra, cuando el Duque de Newcastle habría recibido unos Spaniel del Duque de Noailles, durante la Revolución Francesa, para evitar que fueran sacrificados. A partir de ese momento, se cree que fueron cruzados con Basset Hounds o con Perros de San Huberto.
El Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria, y su hijo, fueron unos fanáticos de esta raza; por lo que la desarrollaron en Inglaterra, país donde fue exhibido desde 1859, pero no fue sino hasta 1878, que se inscribió el primer ejemplar de esta raza en el American Kennel Club.
Los Clumber Spaniel son de tamaño mediano, llegando a medir unos 51 cm. y pesar alrededor de 38 kilos. Su cabeza es grande y tiene las orejas caídas. Su hermoso pelaje es largo y sedoso, blanco, con manchas café. La cola se presenta más o menos larga y es muy peluda. En cuanto a su salud, pueden presentar displasias de caderas o problemas en los párpados.
Aunque no es tan rápido como otros Spaniel, son muy ágiles y se especializan en cazar en silencio. A pesar que es un perro que fue desarrollado netamente para esta tarea, es una muy buena mascota, ya que son muy cariñosos y les encanta dar grandes caminatas. También son muy buenos con los niños. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que por su espíritu cazador, les gusta mantener algo en la boca, por lo que es recomendable que disponga de juguetes, para que no sean tus zapatos los que ande cargando.
Si te animas a tener en tu familia un Clumber Spaniel no te vas a arrepentir, sólo asegúrate de llevarlo periódicamente al veterinario y cepillarlo diariamente para que no bote pelo; pero estos cuidados sin duda valen la pena, para tener a este dulce amiguito en tu vida.