El Cerdo de mar (Scotoplanes globosa) es una animal acuático bastante extraño que habita las profundidades de los océanos. En realidad, es considerado una babosa marina. Su nombre no es al azar, ya que tienen una característica bastante peculiar que comparte con los cerdos terrestres, aunque claramente no son parte de la misma especie ni parientes cercanos. Esta particularidad radica en que el cerdo de mar tiene un cuerpo "parecido" a los cerditos de las granjas: son rosados, ovalados y con piernas gordas. Sin embargo, en el tamaño hay una diferencia notable. Estos animalitos acuáticos solo llegan a medir 15 centímetros en su etapa más adulta, por lo que caben en la palma de una mano. Se alimentan de vegetales en descomposición que abundan en el fondo marino y pertenece a las especies denominadas "pepinos de mar", por lo que entre sus parientes se pueden encontrar los erizos y las estrellas de mar.
La anatomía de este "cerdito" también es una característica extraña. Posee diez patas junto con cuatro antenas en la parte superior del lomo. Sin embargo, estas no son exactamente antenitas. Realmente, son dos pares de patas más que lo ayudan a desplazarse más rápido por aguas profundas. Son una especie de timón que ayudan al cerdo a posicionarse de manera correcta respecto a las corrientes marinas y no ser arrastrado por ellas. Su boca es bastante peculiar, ya que posee un anillo de tentáculos que lo ayudan a encontrar la comida enterrada en el lodo formado al fondo de los océanos. Estas características lo transforman en un animal adorable a la vista, con un aspecto de una babosa tierna.
Es absolutamente inofensivo para el hombre y no está en peligro de extinción. Regularmente, viven en grupos de 10 o 12 cerdos, todos orientados hacía una misma dirección en el fondo marino. Esto no es porque les gusta vivir en comunidad o sean amigables entre ellos, sino que es para así evitar ser llevados por la corriente y también para aprovechar los desechos marinos comestibles que esta misma atrae. Como dato, es imposible ver uno de estos animalitos a simple vista, ya que su hábitat es el fondo marino más frío y profundo, a más de mil metros. Lamentablemente, nunca podremos ver uno a no ser que bajemos hasta esas profundidades.
¿Adorable, verdad?