Hace algunos días se comenzó a viralizar a través de Facebook la noticia de una mujer quien denunciaba a la aerolínea SKY por el supuesto extravío de su gato Koko.
Karin Wilhelm denunció el 9 de marzo a través de la red social, que viajó desde Puerto Montt a La Serena, con escala en Santiago, junto a su gatito Koko, quien iba, como indica la normativa, dentro de una jaula especial de transporte, y sedado, para evitarle el stress de un viaje en avión. Al llegar a Santiago a las 11 am, y como tenía transbordo a las 5 PM, le anunciaron que le entregarían la jaula a través de la correa transportadora. Luego de un largo rato, cuenta que aparece una mujer con la jaula rota, diciéndole que el gatito había escapado. La jaula estaba "rota en las esquinas, toda golpeada, y la puerta de la jaula rota en los puntos donde llevaba los seguros, dentro de la jaula su collar roto y con sangre".
La jaula, cuenta Karin, iba además cerrada y asegurada, e incluso el collar del gato iba sujeto a la reja. No hubo mayor explicación para esta mujer, quien esperó largas horas (y sigue esperando) a tener alguna noticia de su gatito supuestamente perdido, aunque muchos de los comentarios de personas que han trabajado en aerolíneas argumentan que probablemente la historia del gato fugitivo es falsa, y que en realidad tuvieron tan poco cuidado al trasladarlo, que el gatito se les murió, y prefirieron inventar una historia para no quedar mal.
Esta nueva denuncia nos hace replantearnos la posibilidad de viajar con mascotas en los aviones o buses, no solo por el stress tremendo para ellos de tener que pasar por esa experiencia, sino además porque, como ya sabemos, las vidas de nuestras mascotas peligran, ya que no hay un verdadero interés de estas empresas en hacerse cargo de los animales transportados, ni leyes que protejan a los pasajeros en ese sentido.
Es de esperar que Koko aparezca pronto y que la aerolínea en cuestión se haga cargo de la desaparición del animalito que tenía a su cargo.