Era un típico día de invierno, y estaba a punto de ponerse a llover. Fuimos con mi mamá a comprar a un almacén cerca de la casa. Cuando íbamos de vuelta a la casa escuchamos un ruido en una de las calles laterales. Fui a investigar y me di cuenta de que había un perro tratando de atacar a un gatito plomo. El gatito en sí era pequeño y escuálido; no debe haber tenido más de dos meses.
Rápidamente llamé a mi mamá para que me ayudara a rescatar al pequeño. Para lograrlo, debía pasar antes por encima del perro, o bien rodearlo, ya que tenía al pobre animalito arrinconado entre un árbol y el basurero del paradero. Encontramos una rama de árbol y con ella mi mamá espantó y controló al perro y me acerqué a tomar al gatito, que a esas alturas estaba totalmente engrifado y asustado. Para mi sorpresa, cuando logré calmarlo un poco, noté que detrás de él había otro bulto peludo. Resulta que el plomito protegía a un gatito más pequeño, que era del tamaño de un puño cerrado; quizá tenía 1 semana de vida. No sabía cómo habían logrado sobrevivir ambos animalitos tan pequeños y además en invierno, pero no se iban a quedar en la calle nuevamente.
Como andaba con un polerón tipo canguro, metí a ambos ahí y los llevamos a la casa con mi mamá. Los bañamos a ambos de inmediato; estaban infectados en pulgas. Luego los secamos bien, los abrigamos con guatero y mantas y les dimos leche con huevo (excelente para estos casos), esperando que sobrevivieran.
Al cabo de unos días ambos se habían afianzado en la casa, aunque aun andaban asustones y les costó adaptarse a los perros que teníamos. Observándolos día a día crecer nos dimos cuenta de que el plomito protegía mucho al pequeñito, que era tricolor. El más grande era macho, y lo bautizamos Silver; la más pequeña, al ser tricolor (muestra irrefutable de que son hembras) fue bautizada como Apa, por lo tierna que era.
Rescatar un animal (o dos como en este caso) es uno de los actos más bondadosos que como seres humanos podemos realizar. Si te encuentras en una situación como la que yo pasé, no dudes en rescatarlos, pronto se darán las cosas para que puedas encontrarles una familia, o quien sabe, tal vez terminen siendo parte de la tuya aunque no lo hayas tenido contemplado.