Ayer se emitió en el canal Mega un extenso reportaje en el cual se le hizo seguimiento a los cocheros de los carros victoria de Viña del Mar, una "tradición" que últimamente ha sido bastante cuestionada desde que, hace un par de meses, se produjo un incidente con uno de estos caballos, hecho que quedo registrado por un "cazanoticias" y que volvió a poner en el tapete la pregunta ¿Es maltrato o sólo tradición?
En el reportaje, la periodista Ximena Planella estuvo observando durante una semana el comportamiento de los cocheros. Lo que se descubrió allí es peor de lo que pudiésemos imaginarnos.
Se capturaron imágenes de los cocheros fumando pasta base y marihuana en plena calle, luego de lo cual conducían los coches incluso con niños a bordo, lo cual constituiría un peligro inminente. Pero eso no es todo. Entre las numerosas irregularidades registradas, pudimos ver que un coche llevaba 7 personas, cuando el máximo permitido en la ordenanza municipal es 4. En otro caso, una victoria llevaba 6 pasajeros más el conductor. Si calculamos que cada persona pesase 70 kgs en promedio, y sumamos al cochero, serían 490 kilos tirados por un solo caballo, sin contar el peso del carruaje en sí, ni el hecho de que a veces van incluso en subida. Además de todo esto, el animal es golpeado. Sin duda una sobrecarga para un solo caballo.
Se detectó también que los cocheros herraban a sus caballos en plena vía pública, a pesar de estar prohibido. La médico veterinario Lorena Vicencio explica que un mal herraje y despalme (corte de uñas) puede traer serias consecuencias para el equino, desde lesiones en las articulaciones hasta problemas cardiacos. Pero esto es parte de la escasa o nula fiscalización de parte del municipio. Se supone que cada caballo debe ser revisado 4 veces al año por veterinarios de la municipalidad, pero en realidad eso no sucede. Uno de los cocheros afirma que es muy poca la fiscalización que se les hace, mientras que Florencia Trujillo, de Ecópolis, explica que "no es posible que ningún certificado tenga un historial de inspección y fiscalización. Nos llama la atención de que hay caballos que en una revisión aparecen con 18 años de edad y en la siguiente aparecen con 13 años, el mismo caballo.Y no es el único caso". En realidad, con más de 10 años Los caballos se tienen que retirar, pero 13 de ellos superan la edad permitida.
Respecto a las condiciones diarias, la periodista y su equipo descubrieron que los caballitos tenían que soportar todo el día bajo el sol, ya que una vez más, y contrario a la regulación, los cocheros tenían a los animalitos todo el día a pleno sol, en vez de descansar bajo toldos para refrescarse del calor. Y no sólo eso, las huascas y palos están prohibidos para golpearlos, pero los cocheros han hecho de esto una práctica habitual. Lorena Vicencio asegura que “golpear no está permitido, eso se puede definir como maltrato animal. Eso genera dolor, estrés, miedo” mientras que Florencia Trujillo agrega “ellos tienen el deber de su cuidado, por mandato legal (…) los utilizan para un negocio que genera ganancias, y ninguna de estas ganancias se destina al bienestar de estos animales, es decir, es una explotación sin ningún tipo de escrúpulos.”
Según lo registrado en el reportaje, a las 8:30 de la mañana ya se están instalando las primeras victorias, a pesar de que la regulación indica que no pueden hacerlo hasta las 12 del día. A las 10:20 de la noche, la periodista explica que ya hace 2 hrs y 20 minutos las victorias tendrían que haber dejado de circular, pero continúan trabajando. La ordenanza establece que las victorias pueden trabajar durante 8 horas. A las 23:50 recién se ven irse los últimos coches, (4 horas de más) han estado todo el día en la misma posición, no se les vio tomar agua en las últimas 3 horas y solo uno de ellos comió. Además de calcular casi el doble de horas de una jornada laboral común, hay que tomar en cuenta que los animales deben volver a sus pesebreras, ubicadas a 4 kms de distancia, es decir, una hora más de viaje. Eso multiplicado por 7 días a la semana. Saque usted la cuenta.
Entre las innumerables irregularidades, también se observa a un funcionario de una empresa de aseo echando un líquido de un olor muy potente, muy cerca de uno de los caballos, ante lo cual el animalito inmediatamente comienza a lamer el irritante producto. Vicencio explica que esa conducta no es normal, y que probablemente se deba a que el caballo tiene mucha sed. De los escasos momentos en que se les vió dándoles agua a los caballos, los cocheros fueron registrados extrayendo agua de una pileta en una plaza, agua que estaba contaminada con suciedad y productos químicos.
Florencia Trujillo explica que sin duda estamos frente a un caso de maltrato, donde no solo hay ausencia de bienestar, sino que estas condiciones son llevadas al límite, y que éstas son aún peores durante el verano.
Y en realidad pocas dudas nos quedan de que no sea maltrato. Nos preguntamos qué sucede con la alcaldía que aún no resuelve tomar cartas en el asunto, ya son cada vez menos los que aún apoyan esta práctica cruel, mal llamada tradición, y todavía defenderla en las condiciones infrahumanas que muestra el reportaje, demuestra que no somos capaces de avanzar con los tiempos, ni de empatizar con los más débiles.
Vía: Mega