¿Tu perro es agresivo y ya no es el mismo de antes? ¿O quizás tu gato huye cuando ve a una persona? Muchas veces nos sentimos frustrados al no poder ayudar a nuestras mascotas cuando se comportan de forma extraña. Su particular idioma no nos permite adivinar si te están pidiendo un plato de comida o tal vez están enfrentándose a una etapa difícil en sus vidas.
Es bajo este tipo de incertidumbres que se forjó una "nueva" ciencia derivada de la medicina veterinaria, dedicada a ayudar a los animales, interfiriendo en su comportamiento para recuperar la tranquilidad de ellos y quienes les rodean.
Un "psicólogo" para nuestras mascotas
Proveniente del griego ethos y logos, los que significan costumbre y ciencia respectivamente, la etología es una disciplina dedicada a estudiar el comportamiento de las mascotas. "Esta se preocupa de trabajar en la prevención, diagnóstico y tratamiento en dificultades de conducta en animales de compañía", explica Gaspar Romo, vicepresidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile (ASECVECH).
Es así como etólogo se encarga de tratar cualquier problema en el comportamiento de la mascota que resulte peligroso o molesto para sí mismo o su propietario. "Los problemas de agresividad, el marcaje con orina, la eliminación de orina o fecas en lugares indeseables para el dueño, la ansiedad por separación, los ladridos excesivos, el marcaje con uñas en los gatos (cuando representa problema para el dueño)", ejemplifica Romo como algunas de las conductas.
Por otra parte, para los profesionales es muy importante trabajar en la prevención de dificultades futuras para la mascota en las primeras etapas de su vida. "A veces nos contactan tras adoptar cachorros o gatitos, o incluso previo a eso, en la asesoría a la hora de orientar a las familias para escoger al animal de compañía que mejor se adapte a ellos y sus expectativas", cuenta.
Consultar a un etólogo
Tomando en cuenta que perros y gatos son las mascotas más populares en Chile, los profesionales del área se han especializado en el comportamiento de ambas especies. Sin embargo, también existen etólogos dedicados a tener como pacientes a aves u otros animales.
Respecto a las tarifas de atención, el representante de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, relata que una consulta cuesta 25 mil pesos (chilenos) -precio acordado por ASEVECH-, instancia que puede extender una duración entre 1 y 2 horas, en donde se evalúa el problema del paciente hasta llegar a un diagnóstico. "En la consulta se establecen ciertas indicaciones generales para los dueños y se analiza la forma de llevar a cabo el tratamiento", explica Gaspar.
Dependiendo del tratamiento y las herramientas que se incorporen, es probable que se realicen sesiones y controles adicionales que pueden alcanzar un valor entre los 15 mil y 20 mil pesos aproximadamente.
Especialistas: Campo y egresados
Tratándose de un campo en crecimiento, no es un gran número de profesionales que ejercen esta ciencia en Chile. Es por lo mismo que todos forman parte de ASEVECH, asociación que se creó con la idea de agrupar a los médicos veterinarios y estudiantes que tengan interés por la etología. "Apoyamos a nuestros asociados para que logren la excelencia profesional a través de la constante actualización con actividades periódicas", señala Gaspar.
En este grupo cuentan con -al menos- 30 socios, de los cuales 15 caen en categoría de socios generales, capacitados para realizar consultas y tratamientos. "Nos conocemos bastante bien entre todos y es común que cuando vemos a algún paciente que ya ha sido atendido previamente por otro especialista, nos parece raro que aparezca un nombre desconocido", cuenta.
Respecto al aprendizaje académico de esta especialidad, Romo informa que el estudiante de medicina veterinaria tiene la opción de acceder a un programa de diplomado en etología clínica y un magíster en etología clínica y bienestar animal. Mientras que la duración del diplomado se extiende entre los 6 y 8 meses, el magíster alcanza los 2 años. De todas formas, siempre existe la alternativa de adquirir los conocimientos en el extranjero.
"Durante la formación se ven temáticas relacionadas al estudio y análisis del comportamiento, etapas del desarrollo en animales de compañía, neurociencia, psicofarmacología, patologías del comportamiento, teorías del aprendizaje y técnicas de modificación conductual, entre otros temas", dice el doctor veterinario.
Compromisos y reajustes
Debido a la complejidad de la profesión, Gaspar Romo reconoce que los etólogos deben cumplir con algunas características especiales para ejercer como buenos profesionales. "El especialista debe tener la voluntad de estar constantemente actualizándose. Esta área es relativamente joven, razón por la que algunos conocimientos varían y se amplían a un ritmo muy rápido", señala.
Romo destaca que el etólogo además debe contar con grandes habilidades comunicativas -y un gran sentido de empatía- que le permita traspasar adecuadamente la información a los propietarios de los pacientes. "Esta es una profesión en la accedes totalmente a la intimidad de la familia", reconoce y explica: "en la consulta te comparten sus aprensiones, sus rutinas, su dinámica familiar, sus expectativas, sus problemas; etc. Hay que saber respetar y valorar cada entorno y cómo conectarte de la mejor manera para que formen parte del trabajo que se debe llevar a cabo".
Sumado a lo anterior, el veterinario destaca que en la etología se necesita mucha paciencia y tolerancia frente a la frustración porque "los tratamientos suelen ser procesos que necesitan de un trabajo y compromiso importante". No obstante nunca hay que olvidar que lo más importante es desenvolverse con compromiso y amor ante un noble objetivo: recuperar la felicidad y tranquilidad en hogares que las han perdido.