Hasta hace no mucho tiempo, cualquier animalito que sufriera un accidente grave o naciera con alguna deformación importante, tenía como destino seguro la eutanasia. No había maneras seguras de mantenerlos con vida y que se pudieran valer por sí mismos, pero eso hoy en día ha cambiado gracias al avance de la tecnología y a personas que se han dedicado a ayudar a estos indefensos pero maravillosos seres.
Las prótesis en los animales se pueden utilizar por varias razones. Las principales son las mutilaciones que sufren en su medio natural debido al ataque de depredadores, accidentes, maltrato animal o deformaciones que presentan de nacimiento. También se da el caso de animales que deben ser amputados por encontrarse con infecciones graves en donde su extremidad no se pudo salvar.
Las prótesis les permiten a los animales poder desarrollar su vida de igual manera que sus compañeros sanos y por sobre todo poder alimentarse y defenderse al encontrarse en su hábitat.
El material más común con el que se fabrican la mayoría de las prótesis de animales es el neopreno, pero también son utilizados algunos tipos de plásticos que refuerzan la extremidad dañada. Cada día salen al mercado nuevos métodos y tipos de prótesis. Éstas pueden reemplazar miembros como patas, colas e incluso picos de aves que de otra manera no podrían cazar.
Las historias de éxito son miles y se multiplican cada día para fortuna de los animales.
Es conocida la historia de Oscar, un gato negro que perdió sus dos patas traseras por culpa de una máquina cosechadora. Luego de dos años, a Oscar le pusieron dos prótesis que le permiten tener la vida de cualquier gato como él.
Otro caso, quizás uno de los más impresionantes, es el de Beauty, un águila que perdió parte de su pico luego de ser baleada por un cazador. El equipo de rescate que la trató, le construyó una prótesis con una impresora 3D, con la que pudo volver a alimentarse normalmente y beber agua.
Y en el fondo del mar también encontramos animales beneficiados con las prótesis. Yu Chan es una tortuga que como muchas de su especie sufrió las consecuencias de la contaminación. La encontraron enredada en una red y al liberarla de ella se dieron cuenta que le faltaba parte de sus aletas y su caparazón. Después de probar con muchas prótesis, a Yu Chan le dieron un chaleco especial con el que puede nadar y moverse con facilidad.
Sin duda, historias inspiradoras que nos motivan a cuidar y proteger a nuestros hermanos menores. Y tú, ¿conoces más historias como éstas?